Día 312
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Cada persona tenemos
un carácter; algunos somos parlanchines, sociales, alegres, melancólicos,
rudos, callados, etc. Así que nuestra forma de comportarnos ante los demás es
lo que nos caracteriza. No creo que exista nadie en el mundo que sea idéntico a
otro, aunque sean padre e hijo o parientes, tal vez algunas cosas similares,
pero exactamente idénticos, no.
“[…]Tracy
se transformó en un camaleón, una experta en maquillajes, disfraces y acentos.[…]”(p.225)
Pero cando leí esto
en mi actual libro, recordé que en algún lugar (para ser honesta no sé con
exactitud en dónde) oí que también podemos parecernos las personas a los
animales. En algunas ocasiones por nuestra apariencia física, por ejemplo yo
asemejo a un león por mi cabellera abundante, pero también adquirimos
características de ellos por nuestro actuar. Esto es lo que pasa con nuestro
personaje en esta novela, es catalogada como un camaleón porque adquiere, con
la experiencia, la capacidad de transformarse en quién sea, según el ambiente
que se le presente o como le convenga. ¿Tú con qué animal te compararías por tu
físico o por tu actuar?[1]
[1] La imagen fue tomada http://www.ojocientifico.com/2008/04/11/%C2%BFque-diferencia-a-los-animales-de-los-seres-humanos
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