lunes, 15 de abril de 2013

La sobreestimulación


Día 365+33
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.



¿Qué es la apatía? Es “la falta de emoción, motivación o entusiasmo. Es un término psicológico para un estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física.” [1]  ¿Qué lleva a un niño a ser apático? Entre una de las cosas que influyen, según este libro, es la sobreestimulación. ¿Pero cómo se llega a este punto? Primero trataré de entender que es estimular. Nos dicen que es recomendable para un niño recién nacido, lo que se le llama la estimulación temprana que consiste en una serie de ejercicio para ayudarle al desarrollo físico del menor. Pero qué pasa si además de hacer al bebé sus ejercicios de rutina, lo ponemos a hacer más de la cuenta y no lo dejamos dormir, o descansar ni un solo momento, pues llega la sobreestimulación. El niño no logra recuperar sus energías ocupadas y seguramente estará siempre mal humorado y llorando. Piensen en un caso en donde todo el día se tiene la televisión prendida y no se deja ni un solo espacio para despejar la mente y descansar el cuerpo. ¿Cuál crees que es el impacto en niños, jóvenes y adultos?



“Si el niño pequeño está constantemente en un ambiente donde hay demasiados estímulos, los sentidos se cierran para protegerse y el niño se insensibiliza. Se adormece y cae en la apatía, es decir, se cierra tanto a lo bueno como a lo malo. No hay distinción.”(p.81)




La anterior cita nos muestra que la apatía es entonces un mecanismo de defensa ante aquello que nos es dado en exceso, o que no estamos preparados a digerir, o simplemente no lo necesitamos. Así en lugar de activarnos lo que nos causa es todo lo contrario. Sé que no en todos los casos esto pasa, pero sí creo que puede llegar a ser una constante y es mejor tomar esto de los estímulos con cuidado.



Quisiera poder ayudar a mi hijo en su crecimiento, pero sé que el proporcionarle todo y para todo no es la solución, ni tampoco queriendo darle todo conocimiento de un jalón. Pero es complicado saber cuál es la medida, aunque insisto en que hay cosas que se saben sólo por sentido común, como el respetarle sus horarios de comer y descansar, eso hasta nosotros lo necesitamos. [2]


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