Día 365+50
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Steel, Danielle: Secuestro. (Trad. María Antonia Menini) Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1993.
Steel, Danielle: Secuestro. (Trad. María Antonia Menini) Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1993.
El personaje principal de esta novela, que lleva por nombre Marielle,
siente una gran culpa por el secuestro de su hijo, y por algunas otras cosas
que le pasaron. ¿Te suena la historia? Afortunadamente no es necesario vivir el
rapto de un hijo, que seamos librados de este mal, para saber lo que esto conlleva.
¿Por qué las mujeres sentimos culpa por lo que le pasan a
los hijos? Creo que uno de los motivos es porque se tiene, mayormente, la
creencia de que las mujeres, al ser las que los cuidan, tienen el deber de
velar por ellos y hacerlos seres de bien. Pero dicha labor no siempre es fácil,
porque un hijo conlleva mucha responsabilidad y mucha demanda que no siempre se
puede llevar sin culpas. Pensamos en una situación común: se lleva al niño al
parque, la madre se encuentra con una amiga, y en menos de un minuto el niño se
cae del columpio. ¿Cómo se sentirá la madre? Y si a esto le agregamos que el
padre le reclama, horas más tarde, que ¿por qué no lo cuidó? la cuestión se
agrava.
“Marielle emitió un doloroso jadeo, pero no pudo decirle
que estaba equivocado porque, a o mejor, era cierto. Seguramente, ella había
tenido la culpa.” (p.143)
¿Qué significa sentir culpa[1]?
Es un sentimiento que tenemos ante la responsabilidad por algo que pasó y que
provoco un daño a alguien, o algo. Pero no siempre las culpas son particulares,
a veces son compartidas. Tal vez esto no dependa si somos o no mujeres, sino de
cómo es nuestro carácter, porque si tendemos a ser muy aprensivos con todo
seguramente la culpa nos perseguirá, y si somos muy conchudos, nunca lo hará.
Aunque la pregunta que estaría bueno hacer para saber es: ¿Quiénes sienten,
tiene o no tienen más culpa sobre lo que le pasa a los hijos? ¿Hombre o mujeres?
¿Qué opinan?[2]
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