Día 365+51
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Steel, Danielle: Secuestro. (Trad. María Antonia Menini) Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1993.
Steel, Danielle: Secuestro. (Trad. María Antonia Menini) Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1993.
Pensaríamos que en pleno siglo XXI la discriminación
contra las mujeres, que se puede ver por medio de la sumisión y violencia –no sólo
física sino también verbal-, ejercida en muchos hogares nos parece un cuento de
ficción difícil de creer, es impensable que esto pueda ser posible porque
creemos, o nos han hecho pensarlo, que somos totalmente libres. No quiere decir
que esto sea una mentira total, pero no es la realidad como tal. Así que la
cita que a continuación leerán, de mi actual lectura, tal vez te suene, o recuerde
de algún lado, sólo espero que no sea en carne propia.
“Todos los criados la despreciaban como si no existiera y
no pintara nada, como si sólo trabajaran para su marido y no para ella.[…] Al
parecer, Marielle no ejercía la menor autoridad sobre nadie, y mucho menos
sobre su marido.[…]” (p. 154)
Esta novela se ubica en los años treinta, que gran
distancia de tiempo con nosotros, pero gran similitud en el comportamiento y
sentir de muchas mujeres en la actualidad. El no tener ni voz ni voto en la
vida familiar, y seguramente tampoco en la personal, hace que cualquier persona
pierde su autoestima ¿qué consecuencias puede llevarnos dicha sumisión? Creo que de entrada al no tener gusto por la
vida, a no tener un futuro y mucho menos un presente, a sentirse como objeto.
Yo me he llegado a sentir así, pero lucho por no permitirme caer en ello y
hacer de mi mundo algo mejor.[1]
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