Día 365+327
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
El
llegar a ser madre para muchas mujeres no es sólo un gran anhelo sino una
manera de consolidarse en su género, pero hay que decir que el ser madre
debería ser un motivo de alegría no importando el cómo se llego a serlo, pero
esto no pasa siempre así porque nuestra cultura y sociedad nos marcan maneras
de relacionarnos, de formas correctas y aceptables que si no se cumplen es
motivo de desprecio para ese integrante. ¿Qué casos con los despreciados? Las
mujeres que se relacionan sexualmente con un casado, las que viven un hombre
mucho más joven y las lesbianas, esto por lo menos para nuestra sociedad
mexicana.
“[…] En la
mayoría de las civilizaciones, un hijo ilegítimo supone tan inconveniente
social y económicamente para la mujer no casada, que sabido es el caso de
muchachas que se suicidan cuando comprueban que están encinta, y de las madres
solteras que degüellan al recién nacido; […](p.329)
Si ya el sólo hecho de salir, vivir o convivir sexualmente con alguien con quien no se está
casada, o que él este casado, ya es motivo de crítica social, ya podemos
imaginar qué pasa si nace un hijo en estas condiciones. Las primeras y más
señaladas con las mujeres que caen en este “pecado” moral, y aún hoy en México
existe este tipo de desprecios para las madres solteras, aunque si hay que
decir que ya no es tanto como hace algunos años, pero siguen siendo señaladas,
despreciadas y vistas como malas mujeres. Por suerte, no sé si en otros
entidades además del Distrito Federal, las madres solteras reciben ayuda económica
gubernamental y con esto las puertas ya no se cierran del todo, porque de esta
maneras más mujeres en dicha situación pueden vivir mejor aunque hayan críticas
sociales.[1]
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