Día 365+328
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Somos
seres que nacemos dentro de una época, un país, una ciudad, una cultura y en
muchas ocasiones dentro de una religión que nos delimita la forma en que
“debemos” pensar y actuar en lo económico, social, religioso, etc. Todo esto
también se traslada a las prácticas amorosas, desde quién toma la iniciativa,
quién da el primer beso, cuándo y cómo casarse y cómo serán las relaciones
sexogenitales.
“[…] Parece ser
que en la India el esposo, mientras cumple sus deberes conyugales, fuma de buen
agrado su pipa, con objeto de distraerse de su propio placer y hacer durar el
de su esposa; […](p.336)
Si pensamos en la forma en que los mexicanos, no quiere
decir que todos pero sí por lo menos los que están insertados en una sociedad machista, viven la
experiencia sexual podemos darnos cuenta que ellos son los activos, lo que
dominan y tomas las decisiones, dicen cuándo y cómo será el contacto sexual; y
la mujer es la pasiva, la que obedece, la que acepta. Si partimos de lo
anterior podemos darnos cuantas del por qué mucho hombres sólo miran por su
placer y no por el de su pareja. Esta práctica Indú que comenta Simone de
Beauvoir debería ser también una práctica de los Mexicanos, pero por desgracia
esto sólo podría ser posible si hubiera un cambio ideológico donde la
asertividad en la sexualidad fuera posible. ¿Qué opinan?[1]
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