domingo, 22 de julio de 2012

Fin de Pérdida deseada


Día 131
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.


Hoy, domingo 22 de julio de 2012 me doy cuenta que las cosas que uno vive a diario están tocadas por muchos hechos, personas, situaciones, actitudes, etc. Este libro me pareció un gran cumulo de ellos, que pasaron de forma muy rápidas, en muchos momentos sin sentido y forzadamente. Pero al terminarlo el día de hoy, me doy cuenta que la vida en parte es así, y que ojalá al final de todo esto, nos permita hacer lo que a continuación cito:


“[…] ya no dejaría de reflexionar sobre sí mismo. [...]” (p. 110)


Si la vida va a pasar de esta forma, con tantas bajadas y subidas, vaivenes, pero al final me permitirá regresar a mi, estar en mi verdadero camino, es bienvenida, no importando que no todo sea “rosa” o “negro”, caliente o frío, gran o pequeño, lo importante es al final estar en donde tengo que estar, conmigo misma para salir después con lo y los demás. Que así sea.[1]


















[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://acupdvreina.blogspot.mx/2012/05/jueves-dia-10-de-mayo-tertulia-sobre.html

sábado, 21 de julio de 2012

¿Se decide?


Día 130
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.


La vida es un suspiro que puede pasar en un instante; es tan delicada y a la vez tan fuerte, que no se sabe en qué momento viene o se va. Nacer, crecer y morir; esa es la línea que se supone deberíamos seguir pero no siempre es así.


“[…] nunca muere el que no debe hacerlo y cada quien escoge su propia muerte [...]” (p. 101)


Bien valdría la pena detenerse a pensar sí es verdad lo anterior. Yo no creo que sea así, y en el momento en que lo escribo, pienso en todos aquellos que sufre al morir, o los niños que no decir tener X o Y enfermedad. Sí puede creer que uno este “muerto” en vida, pero esto más que ser el instante mismo de la muerte, es un sentido metafórico de decir que uno pierde interés ante la vida.


Lo único que me queda preguntar por ahora es: si uno no decide como morir ¿por qué otros podrían tomar esa decisión? ¿Con que ley?[1]

















[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://poemasdeldiaadia.blogspot.mx/2012/01/que-nadie-te-obligue-morir-de-amor-ii.html

viernes, 20 de julio de 2012

La desvelada


Día 129
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.

Como no recordar esas constantes develadas, una tras a otra, porque la película estaba buena y empezaba otra por televisión por cable, o porque había exámenes o por platicar por el teléfono fijo con el novio o amigos, etc. Después por la fiesta, los trabajos, las pláticas con una u otra persona y ahora por el bebé. 


“[…] A la mañana siguiente, José María pagaba el precio de no poder conciliar el sueño hasta la madrigada y de soñar dormido y despierto, pues se resistía a la sacudidas de su madre quien, siempre con prisa, quería estar ya en su trabajo.” (p. 45)


Sea como sea, siempre vive uno, por lo menos un gran tiempo de nuestra vida, desvelado. Esas desveladas que parecen “crudas” porque uno, al otro día, tiene mucha sed y deseos de permanecer bien abrigado, y todo gracias al resultado de esta vida nocturna. Sea como sea, es algo que todos padecemos o padeceremos, aunque no creo que para todos sea un problema, pero si un desgaste.

Bueno, por ahora termino esta pequeña entrada, digo, por si tienes una fiesta y hay desvelada, ¿verdad? Y mañana, feliz resaca.[1]
















[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://malaimagen.blogspot.mx/2008/02/desvelado.html

jueves, 19 de julio de 2012

El hombre ideal


Día 128
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.


La comunicación entre los hombres y las mujeres no es tan clara, buena ni duradera, como deseáramos. Se dicen muchos mitos, y no dudo que algunas cosas sean realidad, sobre si somos distintos o no; la diferencia es claramente biológica ¿pero qué podemos decir del comportamiento social? 


“ […] Halil aprendió a comunicarse con los ojos como sólo lo hacían las mujeres. Quizás era esto lo que las volvía locas por conocerlo, para lograr –con suerte- desposarlo.[…]” (p. 25)


Si estamos en una sociedad de Medio Oriente, es claramente (lo digo sólo por lo visto en televisión y revistas) una relación desigual. El pensar en un hombre que sepa cómo comunicarse con las mujeres por la mirada, recordemos que en aquellas zonas las mujeres no pueden mostrar ninguna parte de su cuerpo (en algunos lugares ni los ojos), sería casi un extraterrestre.


Pero esto no creo que sea algo imposible, y menos que sólo pase en el Medio Oriente. Nuestra sociedad también guarda muchas barreras entre las relaciones interpersonales: que si las mujeres son más sentimentales, lloronas, delicadas, chismosas, fijadas y los hombres son rudos, que no demuestran sus sentimientos, callados, fuertes, desordenados; todo esto contribuye a que aún en pleno siglo XXI tengamos poca, por no decir nula, comunicación con nuestras parejas. Así que, ¿Qué tendría que tener o ser, el hombre ideal en nuestra sociedad?[1]















[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://datames.blog.com.es/2009/12/03/el-hombre-ideal-7503283/

miércoles, 18 de julio de 2012

No a los cambios¡¡¡


Día 127
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.


En inicio y fin de este libro creo serán cercanos, porque al ser un libro pequeño y de fácil narrativa, me permite tener una lectura fluida. Esta lectura nadie me la recomendó; compré el libro en una feria del Zócalo capitalino del Distrito Federal, ya hace algunos años y ayer lo volví a encontrar al lado de otros en espera.
 
Lo que hasta el momento me llamó la atención, de la primera historia El desierto, es esta aferración que tenemos ante lo cotidiano, lo cultural. Los seres humanos no acostumbramos a cambiar de forma, ritmo y contenido cada cinco minutos en nuestras vidas:


“ Este hombre, arrugado por los años que cargaba encima, se aferraba a las raíces de sus ancestros como ningún otro miembro de la tribu.[…] (p. 18)


Esta negativa a los cambios, vienen en primera instancia, y mayormente, de los más adultos en la sociedad, porque los que hacen las críticas y modificaciones a las costumbres son los más jóvenes, aquello que se resisten a lo ya establecido.


¿Quién no ha oído o visto pequeñas o grandes discusiones de padres con hijos, o nietos con abuelos, sobre todo lo dado de antemano? Todos seguramente. Somos seres de costumbres largas y no de cambios constantes. Así que si algo nos caracteriza es esto. Si eres joven, seguramente pensarás que esto no te pasará a ti, pero créeme que al decirlo, sin darte cuenta, estas dentro de las costumbres juveniles.[1]














[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://desarrollodelciclovital-b313.blogspot.mx/2011/01/tema-9-el-desarrollo-psicologico.html