Día 365+187
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Los seres humanos somos una especie en la Naturaleza, que
es más compleja de lo pensado porque no sólo somos parte de ella misma, de nuestra
primera naturaleza, sino que además nosotros nos hacemos una coraza, una
segunda piel, que podríamos llamarla así porque no es algo con lo que nacemos
pero sí en lo que nos desenvolvemos: la sociedad.
En este ámbito social, en el cual no estamos solos, se involucran
una serie de elementos, como son los sociales, económicos, políticos, etc. Y es aquí en dónde nos podemos preguntar
¿dónde queda el plano sexual en todo esto? Antes que todo tenemos que definir
que entendemos por sexualidad: “[…] es el conjunto de condiciones anatómicas,
fisiológicas y psicológico-efectivas que caracterizan el sexo de cada individuo.”[1]
“Desde luego,
la sexualidad representa en la vida humana un papel considerable: puede decirse
que la penetra por entero […]” (p. 49)
La sexualidad no es algo que se deba dejar a un lado de la
sociedad misma, porque no podemos negar que dentro de nuestra primera
naturaleza, la fisiológica, está la distinción de sabernos masculinos o
femeninos.
Creo que por ello es de vital importancia que le demos el
lugar que se merece a la sexualidad desde nuestra individualidad, para poder
luego llevarla al plano social, porque tanto en uno como en otro este tema nos
causa muchos problemas. ¿No crees? [2]
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