Día 365+200
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
El escenario ideal para toda mujer, no sólo para nuestra
cultura occidental en pleno siglo XXI, sería aquel en donde se le tuviera
respeto, tanto en su persona por terceros (por ejemplo al vestir como quisiera
sin ser agredida) como en sus decisiones, con el fin de tener una vida donde
ella la controlara y tomara decisiones de manera inteligente y planeada. Afortunadamente
esto es cada vez más una realidad y ya no sólo un sueño, pero por desgracia aún
sigue habiendo mujeres que son educadas sumisamente y que esto no las hace
poder decidir asertivamente, por lo menos en una edad temprana, por muchos años
de su vida o tal vez nunca.
“la mujer que
engendraba no conocía el orgullo de la creación; se sentía juguete de obscuras
fueras pasivas […] engendrar, amantar, no constituyen actividades , son funciones naturales; ningún proyecto los afecta […]
sufre pasivamente su destino biológico. Las faenas domésticas a que está
dedicada […] la confinan en la repetición y en la inmanencia; son faenas que se
producen día tras día, bajo una forma idéntica que se perpetúa casi sin cambios
siglo tras siglo; no producen nada nuevo.[…]” (p. 65)
El no tener control
sobre la maternidad creo que sí hace que las mujeres se sientan como en la
anterior cita, y una de las cosas, de la cual no podemos dudar, es que la
repetición de actividades diarias, como lavar, planchar, cocinar, etc. difícilmente
nos llevan a tener una mente creativa y dinámica, y no es que no sea posible,
pero al ser monótona la posterga.
De lo anterior no se trata de negar y evitar a
toda costa la maternidad ni las labores domésticas; esto lo podemos ver más
claramente en la actualidad en donde los métodos anticonceptivos son el milagro
para que la mujer tenga el control de cuándo quiere procrear hijos, o
definitivamente no hacerlo, además que la tecnología doméstica avanza a pasos
agigantados, gracias a ellos también hay más tiempo y liberación para el libre
pensar y además los hombres con mayor frecuencia se involucran en dichas
cuestiones, que han pasando de ser naturales a una actividad más.
Así que podríamos
decir que hoy ya podemos elegir, en muchas mujeres ya es así, y no sólo esperar
a vivir lo que tal vez no queremos. [1]
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