Día 365+266
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
¿Será
igual criar a un hijo que a una hija? Muchas personas afirman que no, que las
niñas son más “cariñosas” y los niños más “rudos”, pero sí partimos de que no
nacemos hombre o mujer sino que nos hacemos en el actuar diario, en lo que
aprendemos de los demás, de lo que nos dicen que debe ser (y nos prohíben hacer
lo que no corresponde a nuestro género, como por ejemplo los niños no jugar con
muñecas) entonces podemos decir que estos calificativos también son ambiguos,
porque bien puede haber niños que son cariñosos, y no por eso dejan de ser
varones, y niñas que son rudas, y no son dejan de ser niñas. Seguramente
pensarás que hay una diferencia que es innegable: las mujeres tienen vagina y
los niños pene. Claro que esta es una diferencia biológica, pero también hay
toda una concepción, ideología y trato a los genitales según el género.
“[…] Madres y
nodrizas perpetúan la tradición de asimilar el falo a la idea de macho;[…]
Anatómicamente, el pene es perfectamente apto para desempeñar ese papel:
destacado del cuerpo se presenta como un juguetito natural, una especie de
muñeco. […]” (p.211)
Las
madres hacen todo un juego alrededor del pene, y esto lo podemos notar desde
las palabras mismas que se usan para nombrarlo: pajarito, juanito, fifito,
pilincito, etc. Cosa que para el caso de la vagina no se da toda esta serie de
calificativos inocentes y juguetones. Y ¿a qué crees que se deba todo esto? A la ideología machista
que vivimos. Cuando se le hace tanto juego al pene es porque se le está dando
un lugar privilegiado en el cuerpo varonil, así que no es de extrañarnos que el
pene sea el representante de poderío de los machos.
Esta
cita me ha mostrado que hay actitudes y palabras que usamos en el
descubrimiento del cuerpo de nuestros hijos, que denotan más de nuestra cultura
de lo que imaginamos, y de aquí la
importancia que pensar cómo y qué queremos trasmitirles para su mejor
desarrollo en una sociedad donde no se excluyan ninguno de los dos sexos, sino
donde se tenga un trato de igualdad.[1]
No hay comentarios:
Publicar un comentario