martes, 24 de julio de 2012

No estoy de acuerdo


Día 133
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Rodríguez, Rosaura: Madre sólo hay una… papas hasta en el mercado. México, Editorial Cordillera de los Andes, 2001.


Como lo había pronosticado desde el día de ayer, este libro, sin afán de hacerlo menos, maneja varios tema de una forma superficial y exageradoa No soy una defensora de la maternidad a ultranza, porque no creo que todas las mujeres quieres, pueden o deben ser madres,  y estoy de acuerdo en que este estos tiempos –menos los actuales que antes- está plagado de mitos, injusticias y desvirtuadas diferencias entre lo que se entiende por ser hombre o mujer.


“[…] Con el tiempo se ha descubierto que las náuseas son producto del exceso de progesterona, hormona masculina que prácticamente nos envenena.
Masculina tenía que ser la dichosa hormonita para hacernos la vida de cuadritos. [...]” (p. 34)


Pero una casa con los mitos, creencias y diferencias físicas, psicológicas o ideológicas, que podemos notar en nuestra vida cotidiana, a escribir y dar como verdaderas las relaciones de descalificación de un sexo al otro, como pudimos notar en la cita anterior.


El pleno siglo XXI no podemos, ni debemos, hombres y mujeres tratarnos como enemigos, y menos como si la naturaleza nos hubiera dados desgracias aterradoras a las mujeres, como son los síntomas del embarazo, y los hombres la vida plena y feliz por no experimentarlo.

 
Desde mi punto de vista, este tipo de lecturas cultivan una gran brecha entre géneros, y no nos permiten disfrutar y entender nuestras diferencias, sino hacerlas más grandes.[1]


















[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://www.bebes.net/2009/11/27/problemas-de-pareja-en-padres-primerizos-i/

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