lunes, 23 de julio de 2012

Inicio Madre sólo hay una…


Día 132
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Rodríguez, Rosaura: Madre sólo hay una… papas hasta en el mercado. México, Editorial Cordillera de los Andes, 2001.


En esta ocasión empezaré este libro, que como pueden notar, por su título es muy pretensioso. Así que su contenido lo tomaré con precaución, porque hay libros que sólo pretender hablar de temas del momento, pero que carecen de seriedad. He leído poco, y lo que llevo hasta esto momento, tiene que ver, por lo que noto, con el “instinto maternal”[1].  


“[…] la idea era estar siempre lo más embarazada posible para disfrutar de las largar cuarentenas con sopitas de pollo y agua de panela (azúcar mascabado) para estimular la producción masiva de leche, para sentarse en una almohada con el objeto de mitigar el dolor posparto y retrasar así el momento de volver a cumplir. [...]” (p. 14)


Como podrás notar, y seguramente lograr identificar, nos habla esta autora de las madres de nuestros tiempos aún, muchas de ellas son nuestras madres  y mayormente abuelitas. Yo nunca he tenido la oportunidad de platicar con una mujer de mayor de edad, que me pueda comprar sus experiencias con relación a la sexualidad, pero lo que sí saltó a mi vista en esta cita, fue el hecho de que muchas mujeres tenían un gran número de hijos. Sí creo que tenga que ver con una cuestión de rol del momento social en que les tocó vivir, porque no creo que la educación de una mujer del siglo XIX ni casi todo el siglo XX sea la misma que en este siglo XXI. ¿Tú conoces directamente historias, como las que se comentan en la cita?[2]

















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