sábado, 7 de julio de 2012

Yo huelo

Día 116
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Elizondo, Salvador: Farabeuf. México,
FCE, Colección Popular (Séptima edición), 2009.


Cada cosas tiene su olor, su aroma y ello nos lleva a acercarnos, vivir o recordar algo o alguien.


 “Has caminado ya; saliendo del espejo has cruzado este salón oliente aún a los desinfectantes […]”(p.47)


Por ejemplo, esta cita me recuerda a los momentos que he vivido en la sala de un hospital. Aquel olor tan característico que es una combinación entre cloro, sangre y medicamentos. Todo en una sola cosa, que nos hace sentir un olor tan penetrante que a nadie, hasta donde yo sé, le agrada, porque se asocia con enfermedad y pudrición. Cosa muy distinta si llegamos a oler el perfume de una amada, este nos lleva, nos transporta a un lugar maravilloso, al placer, al deseo.


Curiosamente me vino a la nariz, digo, a la mente, esta reflexión a partir de mi lectura y el que curiosamente ahora veo la película El perfume. ¿Y tú a qué hueles? Yo, depende a qué hora del día sea. [1]















[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://nitecuento.es/blog/2011/02/14/el-olor-de-la-muerte-antes-de-que-ocurra/

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