miércoles, 3 de julio de 2013

Gastando por una afición, por vicio

Día 365+112
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.




¿Te ha llegado a pasar que por comprar algo, que te gusta mucho o te aficiona, has dejado de lado algo básico? Yo creo que todos en algún momento nos apretamos la cartera para poder alcanzar algún gusto, pero cuando el deseo es mayor, podemos llegar aún más lejos, como no comprar comida.


“Podía pasarme semanas sin comer un plato caliente, o caminar kilómetros para ahorrarme las dos pesetas de un billete de metro, pero a lo que no renunciaba nunca era a comprarme un periódico de la mañana y otro de la tarde […]” (p.10)


Pero creo que hay de cosas a cosas que se compran. Puedo entender al personaje de este libro que ahora leo, porque al vivir en una España Franquista y ser un aspirante a periodista, para él es un prioridad comprar el periódico. Pero una cosa es una ilusión, afición, o deseo de tal magnitud que lleve a este tipo de sacrificios, y otra muy distinta a alguien que tiene un vicio como el alcohol, las drogas o el tabaco que gastan grandes cantidades de dinero en ello, pero que a la larga no les dejará nada positivo a su salud. ¿Qué opinas? [1]










No hay comentarios:

Publicar un comentario