viernes, 18 de octubre de 2013

Las costumbres pesan más que las leyes

Día 365+220
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Mucho de lo que pensamos y hacemos  es lo que nos define como personas particulares, y tiene mucho que ver (por no decir que casi todo) con lo que nos enseñaron a lo largo de nuestro crecimiento de niños a adultos. Seguramente me podrás decir que entonces dónde queda tu libre elección, y yo pensaría lo mismo, pero por más trabajo que nos cueste entenderlo también nuestra libertad es tocada por lo que nos fue dado en nuestra familia y país. Si nos enfocamos únicamente en las mujeres, podríamos preguntarnos ahora: ¿qué aprendemos las mujeres en nuestra sociedad actual? ¿Somos una generación modernas mujeres o aún estamos atadas a las exigencias de la sociedad?



“Lo países latinos, como los países de Oriente, oprimen a la mujer por el rigor de las costumbres aun más que por el de las leyes.[…]” (p. 122)



Nosotras por ser mexicanos, y pertenecer a la comunidad latina, tenemos una serie de costumbres y creencias que pesan más de lo que nos imaginamos, y esto lo podemos ver desde el momento en que aún hay un gran número de parejas que se casan porque están embarazadas. ¿Pero no que ya somos mujeres independientes, trabajadoras, que elegimos nuestra vida y destino? En una parte sí, pero por otra todavía no, y cuando digo esto me refiero a que no podemos quitarnos nuestra “piel” cultural del todo. Por ejemplo: una chica exitosa decide casarse, sin estar embarazada, porque es con lo que ha soñado desde pequeña, ¿acaso este ideal no es nacido por los ritos de su cultura? No quiere decir que esto ya no debería de ser así, sólo que si tomamos conciencia de que gran parte de las cosas que hacemos y decidimos están basadas en nuestra cultura, bien podemos hacerlo con total y absoluta conciencia y elección, ya no dejándonos arrastras por lo que “debería” ser, porque al final, y en muchas ocasiones, pesa más las costumbres que la leyes, ¿no te parece?


























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