sábado, 12 de octubre de 2013

Mujer no trabajadora con situación familiar nada favorable ¿por qué no deja el seno familiar?

Día 365+213
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





¿Las mujeres que trabajamos pensaremos lo mismo que las que no lo hacen? ¿Y en especial de aquellas que  pertenecen a la clase burguesa? Pensemos en una mujer casada, no importando si es pobre o no, pero que no trabaja. Las dos dependen económicamente de alguien (a excepciones casi únicas donde tiene una gran herencia) aunque una carezca y la otra tenga la opulencia total. ¿Cuál creerías que tomara la iniciativa de trabajar?



“[…] La mujer burguesa se atiene a sus cadenas, porque se atiene a sus privilegios de clase. Se le explica incansablemente, y ella lo sabe, que la emancipación de las mujeres ería un debilitamiento de la sociedad burguesa; liberada el varón, estaría condenada al trabajo; puede que lamente no tener sobre la propiedad privada más que derechos subordinados a los de su marido, pero aún deploraría más el que esa propiedad privada fuera abolida […]” (p. 103)




“¿Por qué habré de trabajar, si todo lo tengo, además no permitiré que otra disfrute lo que yo”  Palabras más o menos es lo que seguramente una mujer diría al no querer renunciar a lo que la sociedad y la necesidad le dicta, no porque sea más fácil soportar a un marido o porque sea más simple trabajar, sino porque es lo que marca la cultura, a lo que se está acostumbrado y da miedo dejar.


Así que no creo que las mujeres con o sin dinero, pero en especial las burguesas, no decidan salir del núcleo familiar cuando las cosas no están bien y están atadas económicamente, por una conciencia real de avaricia, sino creo que es más por los preceptos morales y sociales que nos marcan cómo y qué debemos hacer los hombres y las mujeres.[1]























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