Día 365+234
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
¿De
dónde viene todo eso de que las mujeres, en especial las mamás, son brujas y
adivinas? ¿O qué algunas otras tienen el poder de hechizar y manipular? Porque
no me dejarás mentir que estos atributos difícilmente le son dados a un padre,
y menos a un hombre que no lo sea, aunque ahora ya se ven más hombres que leen
las cartas de tarot por ejemplo. Pero ¿por qué más las mujeres y no tanto los
hombres? ¿Será acaso que la capacidad reproductiva que tenemos las mujeres
tiene que ver?
“[…]es también bajo
esta figura como ella permite a la sociedad, que se ha separado del cosmos y de
los dioses , que permanezca en comunicación con ellos. […] los muertos y los
dioses hablan por su boca. Ha conservado en nuestros días esos poderes de
adivinación: es médium, quiromántica, echadora de las cartas, vidente,
inspirada; oye voces y tiene apariciones.[…]” (pp.152-153)
Simone
de Beauvoir afirma que así es, que los poderes que se nos atribuyen a las
mujeres tiene que ver con nuestra capacidad de procrear, y que esto es
precisamente lo que hace que las mujeres tengamos un contacto mayor con la
creación, con los misterios de la vida, con todo aquello a lo que no tenemos
acceso ni explicación porque se nos escapa de las manos, porque es más grande
que nosotros, porque son misterios inaccesibles a nuestro entendimiento. ¿Pero
acaso los hombre no son participes también de este misterio de la vida cuando
crea espermatozoides? ¿O será que el embarazo es algo evidente, que se ve a
simple vista, y dicha producción masculina no lo es, porque se da dentro de los
testículos? Tal vez sólo estoy divagando, pero ¿tú que opinas? ¿esto de ser
brujas, manipuladoras y adivinas es sólo un invento o sí tenemos un poder
sobrenatural?[1]
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