martes, 23 de julio de 2013

¿Deseo lujos o no?

Día 365+132
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.


¿Por qué será que algunas personas les gustan las cosas costosas: ropa, carros, comida, etc. Y a otras no? Pienso en alguien que nunca podrá comprarse un carro o cabiar porque sus ingresos son mínimos, los necesarios para sobrevivir, ¿cómo podrá comparar y decidir si quiere o no esa vida? ¿Habrá quien decida, con todo uso de razón, lo modesto a lo lujoso?



“[…] No sin remordimiento pensé que yo sí prefería los restaurantes de lujo a las fiambreras y los bocadillos proletarios, pero me guardé mucho de decirlo […]" (p. 84)



Pienso que por desgracia no todos podemos decidir entre querer algo lujoso o no, porque no lo podemos comprar. Pero siento que mucho de esto tiene que ver con lo que pensemos, por ejemplo: si soy rico y tengo todos los lujos, pero me doy cuenta que esto son sólo cosas, puedo dejar todo lo materia a un lado y vivir con lo necesario y modesto; ahora si hay alguien muy pobre, y en algún momento de su vida conoce a alguien adinerado, y despierta en él el deseo y la envidia seguramente haré todo lo necesario para poder darse esos lujos, o pobres que deciden vivir así porque se dan cuenta que los lujos conlleva también unas serie de sacrificios, o adinerados que están dispuestos de pagar el precio de los lujos. Creo que al final esto es más complejo de explicar de lo que pensé. ¿Tú qué opinas?[1]








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