martes, 27 de marzo de 2012

El contador de historias. Fin.


Día 14
Lectura: Saki: El contador de historias. 
Grupo Editorial Multimedios (Millenium), 1998.

Lo digo y lo repito, que agradable libro. Ahora pienso que es un apena que sea tan corto. Me he quedado con ganas de leer más de estos extraordinarios cuentos de Saki. No dudaré en buscar algunos más. Ahora entiendo el éxito del que hablaba ayer. 

Estos cuentos no son los típicos de hadas, princesas, y animales humanizados. No. Aquí todo adquiere un lugar especial, en momentos y situaciones cotidianas. Es genial la forma en que se pude apreciar los valores morales que poseen los personajes en cada historia. En cómo se presentan a los personajes, se desarrolla X situación y cómo se soluciona el dilema presentado.

Es posible, como en el cuento El método Schartz-Metterklume, encontrarte a una mujer que no duda en hacer justicia por su propia mano al ver cómo maltratan a dos caballos, y que de una forma tan inteligente, aprovechando una confusión, trata a los hijos del maltratador de la misma forma, y todo esto sin Salir perjudicada, al contrario, dándonos una gran lección. O como unas hermanas, en La tortilla Bizantina, que se proclaman “socialistas” se ven en grandes aprietos al ponerse sus sirvientes a huelga; cómo es que son tan inútiles sin ellos, que hasta el peinarse le resulta imposible. O en El Trastero su personaje principal, un niño muy travieso, que al ser desafiante con los adultos e inteligente, usar el momento adecuado para llevar todo a su favor. 

Son narraciones llenas de ingenio, sorpresa y humor. Cuentos que no son para leer una sola vez, y menos para aquellos que somos amantes de los animales y las personas que retan, contradicen y buscan ser diferentes a lo común. 

Puedo decir que este es un libro que todo joven y no tan joven debemos haber leído en algún momento de nuestra vidas, y tenerlo, claro está, en nuestro librero como un gran ejemplo de que no siempre la aparición de los animales en las historias tiene que ser a modo de caricatura. Y que el “éxito” en las personas no siempre depende que aquel que hace lo que le dicta la sociedad, sino a veces de los que son ingeniosos y ocurrentes. No dudaré en recomendarlo ampliamente a los nuevos y no tan nuevos lectores. Mañana nos vemos con un nuevo texto.

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