domingo, 8 de abril de 2012

Inteligencia emocional.


Día 26

Lectura: Murakami, Haruki: Tokio Blues (Norwegian Wood). (Trad. Lourdes Porta) 
México, Tusquets Editores (3a edición), 2011.

Siempre he creído que uno puede darse cuenta, si es lo suficientemente sensible, si las personas son sinceras o no, si tiene buenas intenciones o no. Pero esto no es de la noche a la mañana. Debemos practicar constantemente y tener tropiezo para desarrollar esta capacidad sensitiva. 

Lo anterior puede ser posible si recibimos, o damos, una educación de los sentimientos. Por desgracia no es parte de la ideología de muchos mexicanos. El tener la oportunidad de recibir una educación así, que nos vuelve inteligentes emocionalmente, es un privilegio. No quiere decir que siendo adulto no podamos educarnos, nunca es tarde.

“[…] Hay dos tipos de personas: los que son capaces de abrir su corazón a los demás y los que no. Tú te cuentas entre los primeros. Puedes abrir tu corazón siempre y cuando quieras hacerlo.”(p.140)

Me imagino que todos aquellos que no abren su corazón, son los que siempre tienen mala cara, con una actitud mezquina ante todo y todos, o se la pasan en sentimientos como el rencor, odio, envidia, etc. 

Se dice fácil pero es tan complicado el ser emocionalmente estable, que no cualquiera lo logra. ¿Cómo lo has logrado? O ¿Aún no lo logras? Debería ser una prioridad en la vida ¿No crees? ¿Cómo lograrlo?

2 comentarios:

  1. Hola Ruth:

    Es interesante tu punto de vista al referirte a la inteligencia emocional.

    No obstante, me gustaría hacer un par de precisiones:

    1. Creo que la inteligencia emocional no es un privilegio, más bien es una necesidad; y no es necesariamente yendo a un curso, el que la puedas adquirir. La inteligencia emocional se construye en casa, a través de la seguridad que los padres transmiten, a partir de los valores que se practican todos los días y también por la convivencia con los demás.

    2. La parte física, aunque importante, en muchas de las ocasiones no quiere decir que no se tenga inteligencia emocional; pues afirmar tal cosa, implica simplemente generalizar; existen muchas personas que a través del sufrimiento y las experiencias han ido endureciendo el rostro; pero son seres extraordinarios que normalmente saben manejar sus emociones.

    Por lo demás, muchas felicidades, por este esfuerzo de compartir ideas y por supuesto lecturas.

    Saludos.

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    1. Muchas gracias por el comentario:

      Es verdad y no había pensado bien el punto número dos que me explicas. Recuerdo las clases de psicología en la prepa en donde vimos que el cuerpo refleja mucho de nuestra vida. Hay personas, como dices, que su apariencia física es de disgusto, pero no tiene por que tener malas intenciones, maliantes o malas personas. Porque no todo lo bonito, agradable a la vista es reflejo de un buen manejo de las emociones. Pienso en una chica muy bella, jóven, agraciada pero que tenga un serio problema con los celos, o sea envidiosa, etc. Que lleve sus sentimientos al extremo.
      ¿Verdad?

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