Día 262
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
¿Quién es el otro? el
que está a mi lado. ¿Realmente puedo conocer a los demás? No es cosa sencilla
de responder y más si de querer hacerlo se trata, porque siempre se puede tener
la gran duda de si conocemos a los demás, ya sean nuestros padres, hermanos,
novios.
“Los ojos, como dice
el proverbio, son las ventanas de alma.” (p.119)
Si realmente podemos
conocer y ver a través de los ojos de los demás lo que son, lo que hay en su
interior, entonces ¿Por qué parece que esto no es así? Esto es algo que desde
hacer tiempo me causa duda y gran misterio, porque yo sí he podido ver, y
seguramente mucha gente también, en la mirada de alguna persona, el dolor, la
angustia, alegría, deseo… pero esto no retrata al cien por ciento lo que se es.
Porque sólo son pedazos de su alma; es imposible verla completa. ¿Me has visto?
¿Me conoces, te conozco? Intercambiemos miradas.[1]
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