martes, 22 de mayo de 2012

Casi todos sabemos enamorarnos pero pocos sabemos amar


Día 70                              
Lectura: Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.

Continúo hablando sobre el amor. Recuero que hace ya algunos años escuché que una cosas era estar enamorada y otra amar. Que el enamoramiento era sólo una parte inicial para llegar a amar. ¿Quién no se ha sentido alguna vez atraído por alguien? Atraído a tal punto que sólo pensamos en esa persona, sentimos su olor, su presencia, y lo miramos todo el tiempo en nuestra mente. No podemos dejar de pensar y querer estar con ese ser amado que nos inspira constantes suspiros a lo largo del día, en la bañera, el auto, estando acompañados o solitarios. Ésta descripción es el principio de un largo proceso: el enamoramiento.

“[…] Percibí que algo nuevo e insospechado se había apoderado violentamente de él: una ansia indefinible  por volver a encontrar el amor que ya había conocido, imaginario o real, y que parecía tenerlo atrapado definitivamente. […]” (p.206)

¿Pero qué pasa cuando una persona se queda estancada en la afición de este primer momento? Como podemos leer, este personaje se encuentra en ese punto. Sólo desea sentir esa atracción y desbordamiento del inicio, el momento en que aún estamos en el enamoramiento. 


La gran diferencia es que cuando amamos a alguien ya no sentimos esa urgencia de estar siempre a su lado, en donde todo se ve de color “rosa” sino que aprendemos a apreciar y querer  al otro ser en toda su extensión, tanto en lo agradable como lo que no es. 


Si hiciéramos una encuesta ente quiénes son aquellos que están estancados en el enamoramiento nos llevaríamos una gran sorpresa y tal vez podríamos encontrar uno de los grandes motivos de las actuales rupturas de las parejas. ¿No crees?




No hay comentarios:

Publicar un comentario