domingo, 20 de mayo de 2012

Claro que no somos iguales


Día 68                              
Lectura: Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.

Nacidos es la misma familia, forma, lugar y educados “iguales”, entonces ¿por qué somos tan diferentes? Esta es una pregunta que seguramente los hermanos se hacen una y otra vez. Yo me la he hecho y con el paso de los años uno pude ir comprendiendo por qué se dan las diferencias, que a veces son mínimas y en otras ocasiones son abismales que van desde lo físico, moral, político, etc.

“[…] Crecimos juntas y no veo razón bastante que explique las diferencias de carácter, formación y temperamento entre tú y yo; por eso debo admitir que, además de la educación y el ambiente social, existen aficiones y tendencias selladas en la misteriosa sustancia de nuestro código genético. […]” (p.196)

Cada persona es un sujeto único e irrepetible. Podemos ser tan parecidos como se quiera, pero en el fondo siempre seremos diferentes. Como el ejemplo de los hermanos, como en la esta historia, en donde uno es sincero y el otro es todo lo contrario. Parecería una contradicción que sea así, porque viniendo de la misma cuna, deberían ser iguales, cosa que no se da porque cada ser humano tenemos un carácter que vamos definiendo con el paso de los años, que va siendo reforzado, modificado o cambiado según las experiencias que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida. He aquí la gran diferencia, nuestras experiencias son únicas. Por más que lo intentáramos, jamás podríamos vivir exactamente lo que otros han vivido, ni seguramente reaccionar de la misma forma.

Pienso en este momento en una plática, entre dos personas que sean familiares o no, en donde una le cuenta su desgracia y a la otra (o) le parece lo más sencillo la solución, le dice que hacer, pero la otra persona hace lo contrario. Tiempo después se entera la amiga (o) del consejo porque no hizo lo que ella o él le dijo que hiciera. ¿Crees que siempre funciona, sirve o es conveniente para otros lo que decimos como consejo o mandato, siendo que no somos iguales?









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