martes, 1 de mayo de 2012

¿Consumes y tiras?


Día 49

Lectura: Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.


Nosotros vivimos en un mundo industrializado,  todo lo encontramos ya elaborado, procesado, cultivado, recolectado; listo para ser usa  comido. ¿Pero sabemos qué hubo antes de llegar a ser una mercancía de aparador?:

“[…] Él, sobre todo, le había enseñado los incontables trabajos, las tenciones vehementes, los desvelos agotadores que suponen las comodidades y bellezas que rodeaban  milagrosamente a una muchacha como ella, explicándole que tales esplendores no llegan espontáneamente del cielo a la tierra, por gracia divina, ni son fruto de la casualidad, sino que se anticipan y trabajan por lo prodigios de la imaginación, de la voluntad y la habilidad de muchos otros como ellos, idénticos a ellos, quienes entregan su nervio y fuerza, sus conocimientos, el saber de sus oficios a ornamentar los espacios y palacios donde los amos viven, sus propiedades, a embellecer la vida de los afortunados que tiene acceso a esos tesoros, engalanando sus alrededores con el esfuerzo, el sudor y el peño aplicados. […]” (p. 52)

Ahora, no tenemos que ser ricos, monetariamente, para tener estos lujos –de los cuales Raquel sabía por su padre y aprendió de su amigo de campo, José Francisco, a valorarlo-. La mayoría de nosotros no sabemos de cuándo, cómo y dónde se hace, procesa y trae lo que consumimos. Por ejemplo: vamos al mercado, o ahora al supermercado, y compramos futas y verduras. Las cocinamos, si no es que ya vienen preparadas, comemos y en muchos casos se echa a perder lo no consumido. Desperdiciamos en exceso. Y esto es más que una falta a la naturaleza y los trabajadores.

Estoy segura que si nosotros realizáramos todo el proceso para obtener nuestra comida, o cualquier otra cosa que poseemos, lo valoraríamos mucho más, porque todo el esfuerzo que se lleva para obtenerlo es mucho como para tirarlo a la basura. Una de las etapas de la vida, así como el servicio militar, creo que tendría que ser un año de trabajo en campo, cultivando o en fábricas, maquinando, para así valoráramos más lo que tenemos. ¿O tú como ves?

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