Día 49
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
Nosotros
vivimos en un mundo industrializado,
todo lo encontramos ya elaborado, procesado, cultivado, recolectado;
listo para ser usa comido. ¿Pero sabemos
qué hubo antes de llegar a ser una mercancía de aparador?:
“[…]
Él, sobre todo, le había enseñado los incontables trabajos, las tenciones
vehementes, los desvelos agotadores que suponen las comodidades y bellezas que
rodeaban milagrosamente a una muchacha
como ella, explicándole que tales esplendores no llegan espontáneamente del cielo
a la tierra, por gracia divina, ni son fruto de la casualidad, sino que se
anticipan y trabajan por lo prodigios de la imaginación, de la voluntad y la
habilidad de muchos otros como ellos, idénticos a ellos, quienes entregan su
nervio y fuerza, sus conocimientos, el saber de sus oficios a ornamentar los
espacios y palacios donde los amos viven, sus propiedades, a embellecer la vida
de los afortunados que tiene acceso a esos tesoros, engalanando sus alrededores
con el esfuerzo, el sudor y el peño aplicados. […]” (p. 52)
Ahora,
no tenemos que ser ricos, monetariamente, para tener estos lujos –de los cuales
Raquel sabía por su padre y aprendió de su amigo de campo, José Francisco, a
valorarlo-. La mayoría de nosotros no sabemos de cuándo, cómo y dónde se hace,
procesa y trae lo que consumimos. Por ejemplo: vamos al mercado, o ahora al
supermercado, y compramos futas y verduras. Las cocinamos, si no es que ya
vienen preparadas, comemos y en muchos casos se echa a perder lo no consumido. Desperdiciamos
en exceso. Y esto es más que una falta a la naturaleza y los trabajadores.
Estoy
segura que si nosotros realizáramos todo el proceso para obtener nuestra
comida, o cualquier otra cosa que poseemos, lo valoraríamos mucho más, porque
todo el esfuerzo que se lleva para obtenerlo es mucho como para tirarlo a la
basura. Una de las etapas de la vida, así como el servicio militar, creo que
tendría que ser un año de trabajo en campo, cultivando o en fábricas, maquinando,
para así valoráramos más lo que tenemos. ¿O tú como ves?
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