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Día 58
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
Hoy
que es diez de mayo, quiere felicitar a todas las mamás, nacidas de una mamá o
que algún día lo serán. Dedicada esta entrada para todas ellas.
Lorenza,
el personaje principal de mi lectura, recordemos que fue adoptada y que en el
momento en que sabe de esto, cambia radicalmente. Sus padres de crianza la
educaron lo mejor que pudieron, le dieron todo aquello que un hijo necesita
para crecer más que sano: cariño y comprensión. Pero ella al saberse adoptada,
empieza a tomar actitudes y decisiones incorrectas, como lo he comentado en
anteriores entradas. Me llamó la atención esta parte de mi lectura:
“[…]
pero que la saturaron de protección y cariño durante sus años de mayor
necesidad.[…]”(p.138)
¿Es
posible saturar a alguien de amor y cariño? Y no me refiero a sobre protección.
En verdad unos padres, y en especial ahora se lo pregunto a las mamás en su
día, ¿se puede “saturar” a los hijos de cariño y protección? Me parece increíble
esto.
Pongamos
el ejemplo de una madre que está con su hijo dedicadamente en su desarrollo. Le
da lo que necesita económica y emocionalmente, todo lo que necesita. ¿Conocen a
alguien que le reproche a sus padres de que los saturaran de esto? Porque hay
una edad en que los niños no quieren que sus madres, en especial, los abracen y
beses, pero no creo que sea esto a lo que se refieren ¿A alguien pueden
sobrarle el cariño? O que podamos decir que por culpa de tanto cariño se volvió
alguien maleante.
mas que reproche es parte de su crecimiento, eso de no querer abrazos!! a mi me sobra cariño pero si exagero a veces!!
ResponderEliminarSí, creo que es verdad, es parte de su desarrollo, pero ¿Realmente podemos exagerar en dar cariño, al grado que nuestros hijos nos lo reclamen el día de mañana? Como lo comentó mi amiga Aseret, todo en exceso es malo, y el cariño también. Estoy de acuerdo con eso.
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