Día 62
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
¿Cuántas
veces no tenemos ganas de “echar todo por la ventana”? dejar los problemas a un
lado, las preocupaciones y seguir nuestra vida, o empezar de cero. Pero esto
¿significa que no tengamos esperanza alguna? Dicen por ahí que “la esperanza es
lo último que muere” o debería de serlo. Lorenza pierde hasta eso:
“[…]
tal vez para mí sea imposible, algo que he perdido y que no volveré a
encontrar, esa vocación mía para saber en qué lugar del mundo estoy parada,
adónde me dirijo ya que no sé a ciencia cierta de dónde vengo, de quién
provengo, cosa que seguramente nunca conoceré… He renunciado… […]”(p.152)
El
no encontrar un sentido a nuestra existencia, a nuestro ser, y no tener bases
sólidas que nos permitan encontrar de qué “agarrarnos”, nos puede llevar a este
sentido de desolación. Cuando uno siente, piensa o quiere creer que todo saldrá
bien, aunque las cosas estén muy mal, se componen. O aunque nos pasen una y
otra desgracia, no se deja de tener esperanza de que todo mejorara, no tiramos
la toalla. ¿Qué debe pasar para dejar de hacerlo? He sabido de personas que
pasan por cosas muy terribles y no lo hacen, y otras que con cosas mucho más
superfluas, se desvanecen. Yo creo que esto depende de varias cosas, no sólo de
voluntad, sino de todo aquello que nos rodea, de nuestro carácter, de lo que
aprendimos en edad temprana, de lo que tenemos en ese momento.
¿Cómo
se pierde la esperanza? Creo que es cuando estamos tan enredados en algo, no
importa si es chico a grande, que no podemos ver la salida, que sentimos que
estamos en un hoyo tan profundo que no alcanzamos a ver ni una pequeña luz, un rayo
de esperanza. No permitamos que esto suceda.
wou..yo...siempre..supe...que..habia...algo..de...maravilla..en..usted...la.admiro..mucho..muy..bueno...jeje...un.abrazo....
ResponderEliminarMuchas gracias Mau. Te agradezco estas hermosas palabras y mucho más el que me hayas leído. Saludos :-)
Eliminar