lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Obsesión?


Día 236
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 James, Henry: Otra vuelta de tuerca, Madrid, Unidad Editorial (Millenium, las 100 joyas del milenio), Trad. Domingo Santos, 1999.


Estar pensando qué hacer, cómo hacerlo, en qué momento, con qué personas, ahora o mañana… tener todo calculado, planeado, dominado es algo obsesivo, escrupuloso, a un grado que se acerca tanto a la locura, más que a la cordura, que casi se pude tocar; esto es a lo que muchos estamos expuestos, a lo que queremos someter o somos sometidos en el hogar o trabajo. ¿Quién o quiénes ejercen este control? Nosotros y/o los demás, al final es algo a los que sólo pocos tienen el privilegio de no estar enganchados o deciden no hacerlo.


 “[…]¿Cómo puedo seguir de nuevo hoy los extraños pasos de mi obsesión? […]”(p.74)


Al leer este libro y tratar de entender la actitud de la institutriz (personaje principal), si es que se pude, es algo que me confronta con mis propios temores y retos. Ya no estoy tan segura que lo que en un principio parecían ser “fantasmas” lo sean, porque parece más un pretexto para dominar a los niños, a la servidumbre, a todos al querer tenerlos vigilados, cegados todo el tiempo. Me siento tan cerca y a la vez tan lejos de este personaje, que por momentos me ha llegado a encantar, y en otros ya me ha empezado a hartar. Este sentir es mi propio hartazgo a algo que es algo mío, pero sé que no exclusivo: la obsesión por dominar; si es consciente es un gran vicio, si es inconsciente, una gran debilidad. [1]





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