Día 263
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
La vida, nuestra
vida, tan larga o corta, siempre está llena de momentos, experiencias, que van
marcando el rumbo de nuestro presente y el posible e incierto futuro que a cien
cierta no sabemos que nos depara, es algo totalmente impredecible, aunque sí podemos
estar seguros de que nuestro ahora es lo que marca en gran medida nuestro
futuro próximo, pero muy próximo, casi instantáneo:
“Un drama vital
siempre puede expresarse mediante una metáfora referida al peso. Decimos que
sobre la persona cae el peso de los acontecimientos. La persona soporta esa
carga o no la soporta, cae bajo su peso, gana o pierde.[…]” (p.124)
Así que cada vez que
hacemos algo, acontece un suceso que tiene una consecuencia, lo entiendo como
acción-reacción. Pero ¿si esto no fuera resentido por un peso, por una carga
que se lleva, sino por lo contrario? Si un acontecimiento no deja un peso sino
una levedad ¿qué pasa? Imagino que es como si en lugar de sentí miedo, amor,
tristeza o rencor por algo vivido, lo que queda es un gran vacío. Es como pasar
por algo sin dejar rastro, ni huella, sólo pasar de la manera más superficial y
banal.
Así que los
acontecimientos de nuestra existencia nos dejan huellas y si no es así, será
mejor buscarlas en lugar de no tenerlas.[1]
Día 263. En bueno domingo para pensar en
nuestros actos. ¿Todo acto deja huella y un sentir? Saludos a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario