Día 280
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Cuando nos
relacionamos con los demás, no sólo al estar al lado de alguien sino al
interactuar, podemos tratar de establecer cómo o qué tan adaptables, sociales,
amorosos o despreciables somos. Me imagino mirando el comportamiento de los
niños en alguna escuela primaria, a la hora del recreo, (me encantaría
recordarme en esa etapa con más claridad de lo que lo hago) porque seguramente
podría darme cuenta cómo son al estar en compañía: serios, juguetones, violentos,
platicadores, etc.
Pero ver como se
relacionan las personas con otras personas es observar una relación de iguales
en especie, aunque no siempre socialmente, y como tal podemos tener recursos
ante una posible humillación, abuso o insulto. Pero ¿qué pasa con la relación
con lo otro, en especial con los animales?
“La verdadera bondad
del hombre sólo puede manifestarse con absoluta limpieza y libertad en relación
con quien no representa fuerza alguna. La verdadera prueba de la moralidad de
la humanidad, la más honda (situada a tal profundidad que escapa a nuestra
percepción), radica en relación con aquellos que están a su merced
fundamentalmente del hombre, tan fundamental que de ella se derivan todas las
demás.” (p.292)
El convivir con los
animales requiere conciencia total, porque al no haber una relación de igualdad,
el hombre puede y llega a cometer injusticias, violencia y maltrato contra todo
lo que sea diferente a él. Por lo anterior, toda persona que le da un trato y
vida digno a un ser que no es de su misma especie, lo hace desde un plano de
total libertad y conciencia moral, y no desde el personalismo egoísta, porque
con ello demuestra que le es claro que no es una ser superior, sino igual que
todo aquel que lo rodea en el planeta Tierra, y que lo único que lo puede dejar
de ser bondadoso es su capacidad intelectiva.
Por desgracia muchas
personas no hacen buen uso de esta capacidad para lograr tener una relación armonizada
con los demás, ya sean personas, animales o cosas, porque al dejarse llevar por
el egoísmo no se dan cuenta que en realidad son esclavos.
Cómo eres con los demás, es cuando realmente nos conocemos.
ResponderEliminarHola¡¡¡ Tienes razón, porque en ocasiones uno dice "yo sería incapaz de hacer..." y ya en la realidad pasa, y por desgracia los animales son los que más sufren los atropellos de la gente.
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