Día 279
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Parte importante en
nuestras vidas es el tener una pareja y divertirnos, con o sin ella, pero si es
con ella es mejor, siempre y cuando el gusto sea así, porque no ha de faltar a
quien le guste andar solito y solterito; aunque hay momentos en la vida en que
nos dan las llamas épocas de la “punzada”, que si no mal entiendo entre los 18
y 22 años, en donde uno desea conocer a varias personas en el plano
sentimental.
“Franz, el bueno de
Franz, no soportó la crisis de los cincuenta. ¡En manos de qué pobre chica fue
a caer! Ni siquiera era guapa. (¿Visteis esas enormes gafas que la tapaban casi
por completo?) Pero un hombre, cuando llega a los cincuenta, vendería su alma
por un pedazo de cuerpo joven. […]” (p.278)
Pero seguramente tu
también has escuchado lo anterior de que a los hombres les da otra punzada en
una edad adulta. ¿Será sólo un mito? O ¿será
que de verdad les da una crisis por la edad? En una ocasión escuché en el
radio, no recuerdo hacer cuando ni en cuál estación, que efectivamente a los
hombres les da una segundo aire y que mucho hacen cosas intrépidas, en
ocasiones ridículas, como traer una moto, ir a los antros, hablar y comportarse
de cierta forma y todo sólo por sentirse de nuevo jóvenes y vigorosos.
Lo que si veo es que
muchas chicas o chicos jóvenes, sientes curiosidad por relacionarse con
personas más maduras, adultas. Así que si dos personas se juntan en el momento
en que les está dando la punzada, seguramente podremos encontrarnos un abismo
en aquello de las edades. No creo que esto sea un problema siempre y cuando las
dos partes de verdad estén de acuerdo, aunque sean 50 y 20 de edad. ¿Verdad? [1]
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