martes, 18 de diciembre de 2012

50 y 20


Día 279
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Parte importante en nuestras vidas es el tener una pareja y divertirnos, con o sin ella, pero si es con ella es mejor, siempre y cuando el gusto sea así, porque no ha de faltar a quien le guste andar solito y solterito; aunque hay momentos en la vida en que nos dan las llamas épocas de la “punzada”, que si no mal entiendo entre los 18 y 22 años, en donde uno desea conocer a varias personas en el plano sentimental.


“Franz, el bueno de Franz, no soportó la crisis de los cincuenta. ¡En manos de qué pobre chica fue a caer! Ni siquiera era guapa. (¿Visteis esas enormes gafas que la tapaban casi por completo?) Pero un hombre, cuando llega a los cincuenta, vendería su alma por un pedazo de cuerpo joven. […]” (p.278)



Pero seguramente tu también has escuchado lo anterior de que a los hombres les da otra punzada en una edad adulta.  ¿Será sólo un mito? O ¿será que de verdad les da una crisis por la edad? En una ocasión escuché en el radio, no recuerdo hacer cuando ni en cuál estación, que efectivamente a los hombres les da una segundo aire y que mucho hacen cosas intrépidas, en ocasiones ridículas, como traer una moto, ir a los antros, hablar y comportarse de cierta forma y todo sólo por sentirse de nuevo jóvenes y vigorosos.


Lo que si veo es que muchas chicas o chicos jóvenes, sientes curiosidad por relacionarse con personas más maduras, adultas. Así que si dos personas se juntan en el momento en que les está dando la punzada, seguramente podremos encontrarnos un abismo en aquello de las edades. No creo que esto sea un problema siempre y cuando las dos partes de verdad estén de acuerdo, aunque sean 50 y 20 de edad. ¿Verdad? [1]






[1] La imagen fue tomada de http://pandora.com.do/2011/10/19/gustan-los-menores

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