Día 353
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Recuerdo que hace algunos
años, aproximadamente a mis veinte años, cuando uno siente, cree y es nuestro
cuerpo muy resistente a todo, desveladas, falta de alimento, exceso de alimentos
o bebidas, etc; creía que nada me iba a pasar. Se llega a los excesos y difícilmente
se sienten los estragos de los mismos. Y si de enfermarse se trata la cosa no
cambia mucho, porque podemos soportar más todo tipo de enfermedad, en especial
si son gripas –común- porque el cuerpo al no estar tan deteriorado presenta una
mayor resistencias, como se diría, la maquinaria es nueva.
“[…]
él le preguntó si era grave la enfermedad de la madre, ella respondió que
felizmente no, son los problemas propios de la edad, van y vienen, viene y van
hasta que acaban quedándose. […]” (p.237)
Y así es como se
comporta el cuerpo con el paso de los años. Poco a poco nuestra máquina no va
funcionando tan perfectamente, algunas partes van teniendo dificultades para
trabajar y ya no es como hace algunos años en donde todo parecía que era
inmortal. La juventud al fin y al cabo se va acabando, no importando si la
persona desea que termine o no, no es algo a voluntad, y por más que los
cirujanos plásticos crean poder rejuvenecer, la realidad es que todo termina
por ocupar el sitio donde le toca estar. [1]
[1] La imagen fue tomada de http://blog.delarepublica.cl/2007/03/31/los-achaques-de-la-senora-sociedad-civil-ficha-medica-e-indicaciones/
No hay comentarios:
Publicar un comentario