Día 365+88
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.

“[…] Mademoiselle
Blanche es hermosa, pero no sé si me comprenderá si digo que su cara es de las
que pueden inspirar miedo. […] Pupilas negras sobre un fondo amarillento, el
mirar descarado, los dientes blanquísimos y los labios siempre pintados; y
huele a almizcle. […] Su voz es ronca, de contralto.”(p. 34)
Pero ¿cómo es que puede causar una mujer miedo, sólo por
su apariencia? Porque en la cita no se describe a una mujer monstruosa sin
bella. Me podría arriesgar a decir que no sólo es bonita sino que además es
segura de si misma y que refleja un fuerte carácter. Tal vez es ahí en donde radica el miedo por
no ser una copia fiel de lo que se supondría tiene que ser una mujer: callada,
tranquila, tímida, sumisa, etc. Si partimos de estos roles, que se supone
debemos de cumplir, claro que para un hombre es una amenaza una mujer que no
sea como “debería” de ser. Tal vez ahora entiendo porque, afortunadamente, más
mujeres dan miedo. [2]
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