Día 365+89
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.
Sin duda muchas personas somos las que nos dan curiosidad
las vidas ajenas, el cómo viven, qué hacen, con quién y de qué hablan por
teléfono, cuántas cosas y cómo las
tienes en sus hogares, etc. En pocas palabras, se puede tener gusto por el
chisme después de saber dos o tres detalles de la vida ajena
No es de ha gratis que la mayoría de los programas, que actualmente
podemos ver en varios canales de televisión, tiene que ver con saber sobre la
vida íntima de las personas. Esto que conocemos como chisme, es realmente pura
morbosidad.
“[…] A mí mismos
me resulta asombroso y ridículo lo chismoso que me he vuelto. ¡Qué repugnante
me resulta todo esto! ¡Con qué placer los dejaría a todos y todo¡ Pero ¿es que
puedo separarme de Polina, es que puedo dejar de espiar en torno de ella? El
espionaje es su duda algo infame, pero ¿qué me importa?”(p. 35)
Pero si vemos qué es lo que le pasa al anterior personaje
en la cita, bien podemos darnos cuenta de que este no es un chisme cualquiera,
de los que vemos en los programas que habla de la vida íntima de los famosos,
sino que va más allá, es espiar a un ser deseado. ¿No te parece que esto es más
un acto de posesión y celos ante el otro? A diferencia del primero que sólo es
por interesarse en algo, el segundo desea tener. Cuidado cuando te des cuenta
que alguien no sólo te chismea, sino que además te espía.[1]
[1] La imagen fue tomada de http://candee-ghirelli.blogspot.mx/2011/06/por-el-ojo-de-la-cerradura.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario