lunes, 10 de junio de 2013

Chisme, espiar

Día 365+89
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.



Sin duda muchas personas somos las que nos dan curiosidad las vidas ajenas, el cómo viven, qué hacen, con quién y de qué hablan por teléfono, cuántas cosas y cómo  las tienes en sus hogares, etc. En pocas palabras, se puede tener gusto por el chisme después de saber dos o tres detalles de la vida ajena
No es de ha gratis que la mayoría de los programas, que actualmente podemos ver en varios canales de televisión, tiene que ver con saber sobre la vida íntima de las personas. Esto que conocemos como chisme, es realmente pura morbosidad.



 “[…] A mí mismos me resulta asombroso y ridículo lo chismoso que me he vuelto. ¡Qué repugnante me resulta todo esto! ¡Con qué placer los dejaría a todos y todo¡ Pero ¿es que puedo separarme de Polina, es que puedo dejar de espiar en torno de ella? El espionaje es su duda algo infame, pero ¿qué me importa?”(p. 35)




Pero si vemos qué es lo que le pasa al anterior personaje en la cita, bien podemos darnos cuenta de que este no es un chisme cualquiera, de los que vemos en los programas que habla de la vida íntima de los famosos, sino que va más allá, es espiar a un ser deseado. ¿No te parece que esto es más un acto de posesión y celos ante el otro? A diferencia del primero que sólo es por interesarse en algo, el segundo desea tener. Cuidado cuando te des cuenta que alguien no sólo te chismea, sino que además te espía.[1]















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