lunes, 19 de agosto de 2013

Sexos ¿opuestos?

Día 365+159
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






Muchas de nuestras relaciones, con el nombrado sexo opuesto, nos hacen pensar que somos tan radicalmente diferentes que no podemos definirnos más que como contrarios, como dos polos que se rechazan. Pero Simone de Beauvoir  nos hace una aclaración que rompe con lo anterior. ¿De qué se trata?


“[…] La relación de los dos sexos no es la de dos electricidades, la de dos polos. […]" (p. 17)



Entonces si no podemos definirnos como contrarios, ¿cómo es nuestra relación? Pensamos en las platicas y comentarios, que hemos oído o dicho por voz propia, de que los hombres (lo pongo como ejemplo por yo ser mujer) son tranquilos y las mujeres desesperadas, los hombres callados y las mujeres gritonas, los hombre racionales las mujeres sentimentales, etc. Pero la realidad es que no es así, porque no vemos a dos bandos en guerra, por más que nos hagamos a la idea de que así es, sino que las mujeres están, o quisieran que estuvieran, delimitadas por el hombre. De hecho si recurrimos a las explicaciones sobre el nacimiento del hombre y la mujer, en especial la cristiana, las mujeres son a partir de la costilla del hombre, no por separado. O ¿será que, a diferencia de los años cuarenta que es cuando se escribe este libro, las mujeres ya somos totalmente independientes de los hombres? [1]









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