sábado, 14 de diciembre de 2013

Candy, una niña escaladora ¿qué simboliza?

Día 365+277
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.


                                                             Te dedico esta entrada querida                                                                  amiga Adriana Garratachea                                                                        fanática de Candy, gracias por                                                                    contagiarme de tu entusiasmo. 



En esta ocasión te quiero platicar de algo que se me vino a la cabeza cuando leía la cita que a continuación te pongo.



“[…] sufren porque les prohíben trepar a los árboles, ascender por una escala, subirse a un tejado.[…] La niña a quien tales proezas le están prohibidas y que, sentada al pie de un árbol o de un peñasco, ve por encima de ella a los muchachos triunfadores, se considera inferior en cuerpo y alma. […]” (p.225)



Actualmente, por recomendación de una amiga, estoy viendo la Anime llamada Candy, producida en el año de 1976. Seguramente conoces la historia, así que de ella en realidad no te contaré, sino de una característica que tiene Candy, la protagonista: ella es una excelente escaladora de árboles. ¿Qué simboliza esto es una niña de diez años? Primero te comentaré algo que no puse en la cita pero que es importante saber, que el escalar un monte, montaña o árbol simboliza el triunfo, la victoria; así que si tenemos a una niña que se le permite escalar árboles, a diferencia de muchas otras que no es así por ser una actividad “ruda”, es porque se le quiere dar el peso de fuerte, triunfadora, victoriosa; y más si partimos que aún en la actualidad hay a niñas a las que no se les permite hacer actividades más sencillas, como montar una bicicleta, por prejuicios absurdos como el que perderán la virginidad.


Tal vez no sea relevante para algunas personas, el comentar sobre este anime, pero para otras sí que seguramente crecieron viéndola en los años setentas, y también para toda las mujeres que fueron niñas rudas como yo. [1]






















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