domingo, 1 de diciembre de 2013

Las heridas de un hijo al no expresar sus sentimientos en una familia machista

Día 365+264
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




Nacer, crecer y ser educado en una familia machista es indudablemente aceptar (aunque sea a punta de golpes y maltratos) que la autoridad máxima en la casa es el padre. Él es el que tiene el poder total y absoluto no sólo de los bienes materiales sino de la esposa y los hijos, todas las decisiones dependen de él y la madre tiene que acatar todo lo que el señor dispone. Esto no es algo que yo invento, ni la escritura de este libro, sino que es algo que podemos constatar constantemente con algunas personas que tuvieron una familia con este patrón, que si lo pensamos bien no sólo es exclusivo de algunos, sino que todos los mexicanos estamos trastocados por dicho patrón aún en mayor o menor medida.



“[…] es sobre todo a los varones a quienes se les niegan, poco a poco, besos y caricias […]” (p.210)




Recuerdo que hace poco, en una reunión con amigos, algunos de ellos platicaban de la nula expresividad que tenían sus padre con ellos cuando niños; el padre se presentaba lejano, poco cariñoso, inexpresivo de sus sentimientos, porque los hombres “deben” ser así, y los hijos sentían ese rechazo, esa falta de calor paternal como una patada de mula. Todos, al contarlo, se les notaba un dolor en el alma por la ausencia del amor paternal, que en algunos casos fue dado por la madre, pero que en otros ni por ella.
Por desgracia, ante la angustian de la soledad, que todas las personas experimentamos en especial en nuestra niñez, el machismo al no dejar que el hijo en especial, reciba caricias y palabras de amor, sino que además de negárselas le prohíbe que exprese su propio sentir con frases como: los hombre no lloran, no se quejan, no son maricas, etc. Por suerte  muchos padres y madres rompieron o están rompiendo con dicho patrón, y todos aquellos que fueron atrapados por el, pueden buscar ayuda para curar dichas heridas.[1]











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