Día 365+297
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Dicen
que uno de los peores males es la ociosidad porque atrae muchos problemas, cosa
que creo que es absoluta cierto. Todos necesitamos momentos de reposo y
descanso, momentos que el cuerpo en muchas ocasiones no lo pide, sino que lo
exige, y más si tenemos una vida con múltiples actividades como el trabajar, estar
en las labores domésticas, educando a un hijo, cuidando a un enfermo, etc. El
descanso en una necesidad básica que si no es cumplida nos puede llevar a
múltiples consecuencias físicas y psicológicas. Así que tanto el descanso es
necesario como la actividad física y el exceso de cualquiera de las dos también
puede ser dañino.
“[…] No tener
ya confianza en el propio cuerpo es perder confianza en sí mismo. […]” (p.273)
Seguramente te ha pasado alguna ocasión lo que dice la
anterior cita, a mi sí, en especial cuando tengo varias horas o días “descansando”, mi cuerpo empieza a estar
lento, cansado, agotado, aletargado, esto también le ocurre a la mente pero en
un grado mayor porque empieza a desconocer el cuerpo, es como sentirse no
controlado, desmotivado, aletargado, sin confianza en uno mismo. Yo no había
reparado en la importancia de tener control sobre el cuerpo pero si es por una
cuestión de estima y confianza, yo sí me apunto a mejorar, aunque
sé que esto implica constancia y disciplina. ¿y tú?[1]
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