Día 365+338
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Hace
algunos años se destilaba entre los hombres respetar a la mujer del amigo,
actualmente no sé si esto continúa de la misma forma, como una manera de
convivencia, de respeto, entre los varones; no era que importara tanto quién
era la esposa o amantes, sino el código de lealtad que se tenía entre los
machos dominantes de la comunidad.
“[…]no es
verdad que los hombres respeten a las mujeres: se respetan unos a otros a
través de sus mujeres –esposas, amantes, entretenidas-; cuando la protección
masculina deja de extenderse sobre ella, la mujer se encuentra desarmada ante
una casta superior que se muestra agresiva, sarcástica u hostil. […]”(p.363)
En el momento en que una mujer queda sola, sin la
protección de un hombre, el machismo se
hace presente en otros hombres al querer dominarla nuevamente, se les mira a
las mujeres como un objeto sin dueño. Esto te puede sonar exagerado pero no lo
es, por ejemplo, piensa en una chica que después de algunos años de noviazgo o
matrimonio, cuando decide terminar con dicha relación no faltará el hombre que
cree que ella busca a otro macho que la proteja, apapache y mime; y hay casos
que si la nueva soltera rechaza una propuesta nueva de esposo, amante y
amistad, este se sienta agredido, molesto y hasta insultado por dicha decisión.
¿Crees que ha este hombre le importaba ella? Claro que no, sólo lo que miraba
era a una mujer objeto que quiere poseer cueste lo que cueste. [1]
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