viernes, 31 de enero de 2014

El valor de la virginidad

Día 365+326
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





¿Qué es lo que entendemos por virginidad? La virginidad es cuando una mujer u hombre no han tenido relaciones sexogenitales; en el caso de las mujeres es cuando no han sido penetradas vaginalmente por nadie o por nada, y aclaro esto porque se dice que no sólo se pierde la virginidad –se rompe el llamado himen- con el contacto del pene de un hombre sino que también puede ser con algo como vibradores, la mano, un plátano o cualquier objeto que se pueda introducir. Es una cultura machista se cree que para que una mujer tenga valor tiene que ser virgen, casta y pura hasta el matrimonio ¿por qué?



“[…] En muchos medios se da tanto valor a la virginidad, que perderla fuera del legítimo matrimonio parece un verdadero desastre. La joven que cede por un arrebato o por sorpresa, piensa que está deshonrada. […]” (p.321)



Un machista al considerar a todo lo que no es algo como parte de su propiedad, piensa que para que una mujer, que también es considerada, tratada y tomada como propiedad, debe de ser virgen para tener una valía, es como si al saber que la chica no ha sido tacada por nadie más, entonces quiere decir que no tiene dueño y que por lo tanto es algo propio y privilegiado. Así que la virginidad tiene un valor mayor en este tipo de creencias machistas, porque es es la garantía de que exclusiva y nueva, como uno zapatos, un teléfono o cualquier cosas que se desea estrenar. ¿Consideras que el llegar virgen al matrimonio es importante? ¿Por qué?[1]









[1] http://instintofemenino.wordpress.com/2008/09/29/virginidad/

jueves, 30 de enero de 2014

Barreras que impiden a las mujeres una sexualidad plena

Día 365+324
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Muchas chicas, aún en la actualidad, no pueden llegar a disfrutar de experiencias sexuales satisfactorias, nunca lograr sentir verdadera excitación o un orgasmo, por ello viven molestas, cansadas y hasta deseosas de dejar de tenerlas, porque en el momento en que no logran sentir placer, en muchas ocasiones molestia, no quieren más prácticas sexuales. ¿Pero por qué a muchas mujeres les pasa esto? ¿De dónde vienen estos problemas?



“[…] se comprende que los inicios eróticos de las mujeres no sean fáciles. […] Una educación severa, el temor al pecado, el sentimiento de culpabilidad, con respecto a la madre, crean poderosas barreras. ” (p.321)



La manera en que vivimos nuestra sexualidad, como todos los demás aspectos de la vida, es el reflejo de una enseñanza. Como bien dice la cita, si esta enseñanza lo que provoca es inculcarnos miedos, tabús y limitaciones, es obvio y claro que  nunca se podrá vivir de relaciones sexuales placenteras porque siempre habrá un pero para ello, algunos ejemplos serían cuando dicen “así no porque qué dirá si se entera mi mamá” , “esto no lo hago porque es pecado”, etc. Considero que por esto no se puede llegar a una sexualidad libre y exitosa, el miedo y la pasividad nos sume en un pozo obscuro y triste en donde no hay elecciones ni color. ¿Cómo crees que se debe educar a una mujer para que no tenga barreras  sino elecciones en su sexualidad?[1]









[1] http://www.rexpuestas.com/secciones/extendido/seleccion-sexual/

miércoles, 29 de enero de 2014

¿Mujeres pasivas sexualmente?se

Día 365+323
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Como he comentado en anteriores entradas, las mujeres son objetivadas –vista y tratadas como objetos- en un sistema machista y esto lo podemos ver desde el momento en que no tiene poder de decisión, hacen lo que el padre o hermanos dicen. Cuando contraen matrimonio este poder de mandar a la mujer pasa a manos del hombre, que no sólo es el que dicta las normas de la casa, sino que también dicta las normas de la cama. La sexualidad es para él activa y para ella pasiva; el tiene que dominar y ella ser dominada.



“[…] en la mayoría de las mujeres se ha desarrollado también desde la infancia una sexualidad pasiva: a la mujer le gusta ser abrazada y acariciada, y, sobre todo desde la pubertad, desea hacerse carne entre los abrazos de un hombre, a quien normalmente corresponde el papel de sujeto; […]” (p.318)



La pasividad sexual en una mujer es algo que se enseña y se aprende, desde la casa con la madre, en la escuela con las amigas y más adelante con todas las demás mujeres de la sociedad que dictan que lo que una mujer “debe” y no debe hacer en la intimidad con un hombre. Dentro de las normas que una mujer sigue, consciente o inconscientemente desde su niñez, es que no se pueden tocar ella misma sino que debe ser tocada, no puede llevar la iniciativa, él lo debe de hacer, etc. Podemos poder aquí una serie de normas que nos conducen a la pasividad de la mujer, papel que debe de jugar una mujer en una relación de dominio. ¿Consideras que este modelo continúa actualmente en nuestras mujeres? Yo creo que sí, y más de lo que imaginamos. [1]











































[1] http://www.antesdelfin.com/sexo-oral-y-el-cristiano.html

martes, 28 de enero de 2014

La mujer casada tiene permiso para el sexo ¿y las que no?

Día 365+322
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






¿Aún las jóvenes chicas tienen la carga y obligación de llegar vírgenes al matrimonio? Si consideramos que actualmente se cree que el tema del sexo se platica no solo en casa, sino también en la escuela, es de imaginarnos que ahora lo importante ya no es la virginidad misma, sino la elección de con quién, en qué momento y por qué se desea perderla o conservar, podríamos decir que aún suena esto a un sueño, porque aunque se dice muchas cosas negativas de las chicas que tiene relaciones sexogenitales antes de casarse.



“[…] La civilización patriarcal ha destinado la mujer a la castidad; […] para ella, el acto carnal, si no está santificado por el código, por el sacramento, es una falta, una caída, una derrota, una flaqueza […]” (p.315)



Esto lo he podido constatar al darme cuenta, como seguramente tu también lo has pensado, en la gran cantidad de padres jóvenes que se casan a una muy temprana edad porque ellas estaban embarazadas, y esto representa una vergüenza para la familia; aún se cree que una persona será respeta y responsable si se firma el contrato matrimonial por el civil y ante la iglesia. No hay mentira mayor que creer dicha cosas, en especial en pleno siglo XXI donde chicos y chicas deberían tomar el control no solo de sus cuerpos sino también de sus vidas, y en donde esto no depende de que un hombre o mujer sean más o menos promiscuo.[1]




[1] http://yucatan.com.mx/fullbanner?url=http://yucatan.com.mx/mexico/edad-uno-de-los-factores-de-riesgo-en-el-embarazo

lunes, 27 de enero de 2014

Disfrute sexual no da como resultado siempre embarazo

Día 365+321
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





¿Cuántas mujeres no habrá en la Tierra que sea madre, pero que nunca en su vida haya disfrutado del sexo? Seguramente más que de las que nos llegamos a imaginar, y más si el hombre con el que los tuvo tiene una ideología machista, en donde lo importante es lo que él siente y quiere, y no lo que la pareja experimente.



“[…] La fecundación puede efectuarse sin que la mujer experimente el menor placer. […]” (p.315)



Seguramente habrás escuchado en alguna ocasión a otras mujeres que cuando ven a una chica embarazada dicen: “pero bien que le gustó ¿no?” pero la realidad es que no siempre es así, es más me atrevería a decir que casi nunca es de este modo. La mayoría de las mujeres no logran tener una vida sexual plena por factores psicológicas y sociales que son complejos tanto para ella como para los hombres, que no permite que se tenga un acercamiento sexual limpio de mitos. Así que no toda aquella que está embarazada en realidad  disfrutó el acto sexual. [1]



































[1] http://www.informador.com.mx/suplementos/2013/478507/6/hijos-de-madres-obesas-corren-riesgo-de-morir-prematuramente.htm

domingo, 26 de enero de 2014

A mi pareja no le preocupa mi sexualidad

Día 365+320
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Es común, por lo menos en varias mujeres que yo he escuchado platicar, que las casadas que quejan del poco interés que muestras sus parejas por satisfacer su sexualidad. Ellos no planean o piensa cómo pueden seducir a su esposa, sino que sólo las toman como instrumentos de placer para lograr su placer, sin importar lo que ella quiere, deseo, le gusta o no le gusta. ¿Por qué actúan varios hombres de esta forma?



“[…] Puesto que la mujer es objeto, su inercia no modifica profundamente su papel natural, hasta el punto de que muchos hombre no se preocupan de saber si la mujer que comparte su lecho desea el coito o se somete simplemente a él. Lo mismo podría acostarse con una muerta. […]” (p.315)



Cuando un hombre no mira a su pareja como una persona sino como un objeto, de manera inferior, esto lo trasladará en todos los momentos y situaciones y en el plano sexual no será una excepción. Creo que un hombre no se preocupa por la comodidad de su pareja, el buscar su atracción sexual sino sólo penetrarla cuando se tiende o se está en el machismo. “¿Para qué preocuparme si ella quiere o no? ¿Qué no se supone que para eso están hechas las viejas?” Estas y muchas otras afirmaciones, interrogaciones, son la base del pensamiento machista, el cual no considera  a las mujeres como sujetos con sentimientos, deseos y gustos, sino como objetos que pueden tomar cuando quieren y como quieren. [1]

































[1] http://es.tendencias.yahoo.com/dec%C3%A1logo-perfecta-infiel-063014327.html

sábado, 25 de enero de 2014

La costumbre de que el novio “se la robó”

Día 365+319
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






Las costumbres de pueblo en pueblo, de nación en nación, de cultura en cultura son locales pero en muchas ocasiones coinciden por casualidad o por la ideología desde la que nacen. Este es el caso de una costumbre que aún es común en los pueblos de nuestro México, porque en las grandes ciudades se ve menos, que es cuando se “roban” a la novia ¿qué significa? que sin permiso del papá y la mamá, de ninguno de los novios pero en especial de la de ella, se escapan los enamorados para empezar a vivir juntos. Claro está que este acto va acompañado con el suponer que de ese momento en adelante mantendrán relaciones sexogenitales. Pero hay lugares en donde este rapto es real, donde las mujeres, que llegan a ser niñas, no está de acuerdo pero el hombre cree tener el derecho de llevarla a la fuerza, violarla y desde ese momento considerarla su mujer.



“[…] En otros tiempos, la mujer era arrancada a su universo infantil y lanzada a su vida de esposa mediante un rapto real o simulado; también se habla de “arrebatar” la virginidad a una jovencita, de “tomarle” la flor. […]” (p.313)



Cuando leí la anterior cita pude notar de Simone de Beauvoir habla de “otros tiempo”, este libro lo escribió en los años cuarentas, pero para nosotras las mexicanas, sigue siendo algo real que muchas de nuestras hermanas mexicanas han tenido que vivir ya sea por gusto o por obligación.
Esta extraña costumbre tiene mucho que ver con simbolizar que el macho toma lo que cree que le pertenece, lo domina, lo hace suyo, porque hasta donde sé esto no se aplica a la inversa, que la chica sea quien robe al galán. ¿A ti te robaron?[1]








[1] http://elenacamachorozas.wordpress.com/2013/02/15/pintura-y-musica-musica-y-pintura-tandem-de-artes/

viernes, 24 de enero de 2014

Placer clitoridiano

Día 365+318
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




El cuerpo femenino es un misterio para la propia mujer, porque al ser educadas en una cultura donde no se nos enseña a autoexplorarnos -es tabú, sucio, pecaminoso- carecemos de mucho conocimiento sobre nuestro cuerpo. Las prohibiciones pueden ser a tal grado que muchas mujeres nunca en su vida se han visto ni tocado sus genitales por miedo a caer en pecado mortal, o que al ser descubiertas por otra persona en el acto mismo, sea juzgada severamente. Aún así hay mujeres que no importando lo que piensen los demás se explorar, tocar y descubren zonas de placer, como lo es el clítoris.



“[…] El sistema clitoridiano no se modifica en la edad adulta, y la mujer conserva durante toda sus vida esa autonomía erótica; el espasmo clitoridiano, como el orgasmo masculino, es una suerte de deshinchazón que se obtiene de manera cuasi mecánica, pero sólo indirectamente está ligado al coito normal, no presenta ningún papel en la procreación. […]” (p.313)



Si las mujeres tenemos autonomía erótica desde el clítoris ¿por qué no se ejerce? Por nuestra educación; como lo mencioné ya arriba, la mayoría de las mujeres no estimulan su clítoris por la educación que recibieron donde se les dijo que era un pecado, algunas otras cuando lo llegan a hacer sienten más tarde culpa y muchas otras sí lo han logrado sin sentir culpa o vergüenza, pero son muy pocas. ¿Consideras que es necesario cambiar la ideología de la culpa y la vergüenza en la sexualidad de las mujeres, para que se tenga una vida sexual más plena? Yo considero que sí porque mientras la culpa siga en nuestras mentes no podremos entender que nuestro cuerpo, como cualquier cuerpo masculino, puede estar libre de tabús.[1]































[1] http://www.familiaysalud.es/salud-joven/sexualidad/el-clitoris

jueves, 23 de enero de 2014

Hombres y mujeres no somos iguales en el climax sexogenital

Día 365+317
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




La sexualidad de los seres humanos es compleja porque no se reduce, como las demás especies animales, al cortejo y el acto mismo, sino que nosotros al tener la capacidad de pensar, y por ello de analizar, cuestionar y dudar de ello, la volvemos más complicada. Todo lo que un hombre y una mujer tiene que llegar a hacer para poder tener contacto sexual es complejo, aunque no lo parezca para algunas personas que “fácilmente” se acuestan con alguien, porque no sólo actuamos por lo percibimos por nuestros cinco sentidos, sino también por lo que pensamos y los sentimientos que experimentamos.



“[…] mediante la eyaculación, el varón se descarga de secreciones que le pesan; después del celo, obtiene una completa liberación acompañada, desde luego, de placer. […] El erotismo de la mujer es mucho más complejo y refleja la complejidad de la situación femenina. […]” (p.313)



Ahora, si pensamos que dentro de la especia humana estamos los dos géneros, masculino y femenino, y vemos las diferencias biológicas, nosotras vagina y ellos penes, podemos entender de entras que la forma en que vivimos nuestra sexualidad es diferente, y estoy segura que esto lo podemos constatar más todas aquellas personas que ya hemos tenido experiencias sexogenitales.


Los hombres pueden culminar el acto mismo sexogenital cuando eyaculan, pero para las mujeres esto algo mucho más complejo el llegar a este climax, y si además le agregamos que culturalmente se nos educa para ser pasivas, en espera de lo que llegue y no a la búsqueda, se complica aún más.[1]




























[1] http://www.lacapital.com.ar/canales/mujer/contenidos/2011/05/12/TreceMitosenlaSexualidad.html

miércoles, 22 de enero de 2014

La mujer dominada por su macho ¿cómo se siente en la sexualidad?

Día 365+316
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




A lo largo de estos días estaré presentando y dando mi punto de vista sobre un tema que es de suma importancia para las mujeres, y no es que para los hombres no lo sea pero creo que por cuestiones culturales nos  afecta más a nosotras, que es en de la iniciación sexual. La sexualidad es que siempre está en nuestras vidas, ya desde el momento en que nacemos con un sexo, femenino o masculino, somos parte de ella, pero como bien sabemos, no se limita sólo a esto, también abarca otros ámbitos como son el cortejo de pareja, las sensaciones corporales, el juguete sexual, los pensamientos y sentimientos que se involucran, así como el acto sexogenital mismo.



“[…] el hombre tiende con todo su cuerpo hacia su pareja, pero permanece en el centro de esa actividad, como en general el sujeto frente a los objetos que percibe y los instrumentos que manipula; se proyecta hacia lo otro sin perder su autonomía; la carne femenina es para él una presa y toma de ella las cualidades que su sensualidad reclama de todo objeto […]” (p.312)



Si partimos de que somos seres culturales, que cuando nacemos ya estamos inmersos en una, que aprendemos, mamamos lo que vemos en nuestras familias y familias, podremos entender en por qué de la anterior cita. Si nuestra sociedad es machista, donde los hombres dominan y las mujeres son dominadas, esto mismo se traslada al plano sexual. Las mujeres son vistas como objetos que tiene dueño, y esos dueños son los amos y señores de todo y todos, lo que dice, hace o siente es ley ya sean en el plano económico, moral o sexual; de aquí que muchas mujeres sienten que sus vidas sexuales no son satisfactorias, porque siente y se dan cuenta que son tratadas como objetos de placer, que sus cuerpos son tomados como si fueran una taza, silla o carro, sin permiso, con violencia, de forma pasiva. [1]




























martes, 21 de enero de 2014

¿Por qué muchas chicas siguen soñando con casarse?

Día 365+315
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




¿Por qué para algunas chicas aún el deseo de casarse sigue siendo una gran ilusión? Siendo que en la realidad podemos ver un gran número de mujeres, de la familia, amigas y conocidas que pueden dar testimonio de todas aquellas cosas que han tenido que vivir, que en muchas ocasiones es de forma desagradable, donde lo bueno pesa poco, y aún así algunas siguen soñando con algún día encontrar al Príncipe Azul que les entregará el tan añorado anillo de compromiso, que lucirán orgullosamente en el dedo, y después les darán el castillo que merece toda reina.



“[…] Mientras no se logre una perfecta igualdad económica en el seno de la sociedad y mientras las costumbres autoricen a la mujer a beneficiarse, en tanto que esposa y amante, de los privilegios ostentados por algunos hombres, se mantendrá en ella el sueño de un éxito pasivo y frenará sus propios logros. […]” (p.310)



Es curioso que aunque muchas mujeres platican de todo lo malo que tiene que soportar en un matrimonio, por otro lado sigue latente la fantasía del amor puro, de aquel que llevará a la joven a la boda de sus sueño, pero mucho de esto está motivado por la propia familia, los medios de comunicación (en especial las telenovelas) y mucho de la realidad misma que nos muestra que aquellas mujeres casadas, con hijos y un hogar son felices. No dudo que haya mujeres que decidan voluntariamente una vida hogareña, pero creo muchas son llevadas por una gran fantasía que nunca logra aterrizar en la realidad misma, que dedican mucho tiempo a la búsqueda que ese hombre ideal que las llevará al altar y muy poco tiempo en saber realmente cuáles son sus deseos personales y cómo lograrlo; porque el matrimonio promete la felicidad a la mujer, pero una felicidad en donde en la mayoría de los casos tiene que ser a costa de su libertad y autonomía. [1]




























[1] http://galeria.dibujos.net/fiestas/bodas/beso-de-recien-casados-pintado-por-pancha-9723959.html

lunes, 20 de enero de 2014

Trabajadora dividida: casa y profesión

Día 365+314
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




El rol que nos toca jugar a las mujeres en una sociedad machista es de sumisión, y a los hombres un rol de dominio; por tal motivo ellas tiene que ser pasivas y los hombres activos, ellas lloran, se quedan en casa, atienden a los hijos, reciben órdenes, y ellos golpean, salen de la casa, son fuertes, dan ordenes, etc. Pero muchas mujeres ya tiene la libertad de cambiar este patrón, pero hay otras más que quieren pero no lo logran en su totalidad.



“[…] la mujer que trabaja quiere conciliar su éxito con triunfos puramente femeninos; […] pero […] implica que sus intereses vitales queden divididos. […]” (p.310)



Aquellas mujeres que han decidido cambiar el patrón de pasividad, marcado por el machismo dominante, no siempre logran salirse del todo, porque al desear tener una vida totalmente autónoma se ve truncada al desear tener también lo que las mujeres dominadas tiene, como una pareja, hijos y “estabilidad” con una familia. Por ejemplo una chica empresaria tiene la oportunidad de viajar a varias partes del mundo, para hacer negocios, pero tiene un hijo pequeño que debe cuidar y un hogar que atender, claro está que si la pareja es dominante no estará de acuerdo que desatienda  la casa y mucho menos en cuidar él al hijo; así que esta mujer tendrá que vivir a medias lo que tanto le gusta por el rol que aún tiene que cumplir.
Puedo decir, con gran alegría, que actualmente muchos esposos ya no son de la anterior forma con sus parejas; ellos toman también el papel que hemos llamado “pasivo” en el hogar, y que aunque han sido altamente criticados es una gran alegría para muchas mujer en este siglo XXI.[1]



























[1] http://www.colorearjunior.com/dibujos-para-colorear-de-oficios-varios_3.html

domingo, 19 de enero de 2014

La espera desesperada de la llegada del Príncipe Azul

Día 365+313
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






La carga que muchas mujeres tienes que soportar cuando empiezan a crecer y no se han casado, y más si no han tenido hijos, es algo que muchas aún viven. Recuerdo que hace algunos años visitamos a un amigo que una de sus hermanas, en ese tiempo tendría no más de veintiocho años, era soltera y sin compromisos, se dedicaba sólo a trabajar, casi toda la familia le decía que para cuándo se casaría, que ya estaba “quedada”, que si pensaba tener nietos en lugar de hijos, etc., y así como a esta chica hay muchas otras seguramente se lo dicen. Imagina la presión que esto implica para una chica que tal vez ni desea casarse y mucho menos tener hijos, porque si no lo llega a cumplir, seguramente será vista con desprecio no sólo en su familia sino en la comunidad en donde está. 



“[…] La espera impaciente del hombre, que implica a menudo maniobras, ardides y humillaciones, obstruye el horizonte de la joven, que se hace egoísta y dura. Y, si el Príncipe Azul tarda en presentarse, nace e disgusto y la acritud.” (p.309)



Puedo decir que la hermana de este amigo, que te comenté más arriba, sí tenía una actitud como la que describe la cita anterior, era, como décimo coloquialmente, “amargada”. Así que muchas chicas que han sido atacadas y humilladas se vuelven duras, enojonas y egoístas, más si se trata de un encontrar a un hombre que pudiera ser el posible esposo, y mucho más con las mujeres que bien pueden ser sus probables rivales. Imagines a una chica que tenga treinta años, edad que para mucho es ya grande para formar una familia, no tenga novio y sienta ya esta presión familiar, conoce a un chico que podría ser un “buen partido” pero hay otra chica, de la misma oficina, que también le echó el ojo, ¿cómo crees que se comportaría? Yo creo  usaría todos sus recursos para atraparlo, porque de esto dependería su futuro, su existir, su lugar en la sociedad. ¿Qué opinas?[1]

























[1] http://m.semana.com/nacion/articulo/aleida-amargada-feminista-solterona-mujer-tierna/89550-3