Día 32
Lectura:
Murakami, Haruki: Tokio Blues (Norwegian Wood). (Trad. Lourdes Porta)
México, Tusquets Editores (3a edición), 2011.
México, Tusquets Editores (3a edición), 2011.
La responsabilidad es uno de
los valores que debemos promover, no sólo entre nuestros hijos, sino a nosotros
mismos. Es fácil deslindar responsabilidades a los demás y cuando llega a haber
algún percance, gracias a nuestra irresponsabilidad, vienen las consecuencias
que casi nunca queremos asumir. Por desgracia siento y veo que este valor está
en peligro de extinción, como muchos otros en nuestra sociedad.
“>>Y,
¡crac!, todo lo que habíamos ido construyendo se derrumbó en un instante y
quedó nada. Por culpa de aquella chica […]”(p.216)
Siento que esta cita va muy
acorde con el tema, porque por más que quieras responsabilizar a los demás de
las situaciones, en muchos casos nosotros somos los únicos responsables. Caso
muy diferente como cuando es un accidente, por ejemplo de auto, en donde el
conductor que te choca está tomado, ahí el irresponsable no es uno.
Pero en muchas situaciones la
realidad es que queremos que nos resuelvan todo. El padre, la madre, el
concubino, el gobierno, etc. No queremos asumir responsabilidades, no importa
que tan grandes o chiscas son. Pienso en los comerciales del partido verde, no
es que esté en contra de ello, en donde dicen que si no te dan la medicina, que
te la paguen. El problema no es que te paguen el medicamento, sino que la
enfermedad sólo es la consecuencia de no asumir la responsabilidad de nuestra
salud. Como me platicó Norberto que uno
de sus profesores de la universidad cuanta la anécdota que estando con uno de
sus colegas, el colega le dijo al profesor que si iban a ver que comían, y el
profesor le dijo a su colega que él podía ir a ver qué comía, por él comía
bien. Parece una cosa insignificante eso de la comida, pero si lo valoramos en
el costo que tendremos que pagar el día de mañana, cualquier tipo de
enfermedad, por no comer bien, entonces ya no es cosa banal.
Sé que es complicado y tal
vez imposible ser 100% responsables, pero también sé que no es imposible
cumplir con aquellos que son más que obvios. Al final todo tiene un precio, y
la pregunta sería ¿estamos dispuestos a pagarlo?
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