Día 65
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
Para
escribir esta entrada tengo de fondo la conocida canción de Llama por favor, interpretada por
Alejandra Guzmán. ¿Cuánt@s crecimos escuchando dicha canción? Esta refleja
claramente la situación de muchas mujeres, el estereotipo de mujer “enamora”,
como mi personaje favorito Lorenza, donde las mujeres tienen valía en la medida
de que poseen a su amado. Son capaces de hacer lo que sea, como sea y en donde
sea por “amor”. La razón no puede contra este “mal”. ¿O no? Cuando una persona
está medio distraída le decimos: “estas enamorad@”.
“[…]
Te amo; me has dicho lo mismo y soy
correspondida, pero te necesito, cada minuto tengo urgencia de ti, fuera de tu
vivo en la desazón. […]” (p.167)
Pero
si analizamos esta actitud más a fondo, podremos darnos cuenta que esconde
muchas situaciones. Primera, el creer que la mujer vale por tener un “amor” a
su lado; segunda, que perdemos toda razón en estas cuestiones y tercero que
realmente esto es sólo una máscara a la baja estima.
No
pretendo ser feminista a ultranza diciendo que el mal de las mujeres son los
hombres, porque simplemente no creo que sea así, sólo que esta manera de amar “demasiado”[1]
es una enfermedad. En realidad es huir de nosotras mismas, el obsesionarnos por
algo que nos disfraza lo que realmente tenemos que atacar. Así como un alcohólico
necesita su dosis diaria al amar de esta manera pasa lo mismo.
Esto
es algo que está reforzado por la educación: lo vimos, vemos y veremos en
nuestras amigas, madres, tías, primas, compañeras de trabajo; y reforzado por
los medio de comunicación en las canciones, las telenovelas, revistas, etc. Tú
¿amas así? Como diría ese famoso comercial “ojo, mucho ojo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario