Día 55
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
Todos
los seres humanos tenemos sentimientos. Reacciones a lo que nos rodea. No es
algo de lo cual podemos decir que no es cierto, todos los hemos experimentados,
algunos de manera mesurada, otras desmedidamente:
“
[…] ¿quién y de qué manera pueden precisarse las medidas de la vida, cómo se
establecen las exactas proporciones de las emociones y los sentimientos? ¿Cuál
es la materia a la que está sometida la construcción y la destrucción de cada
sujeto? ¿Tienen remedio las heridas y las venas abiertas del corazón?” (pp.118-119)
Responder
podría ser un ejercicio interesante, no sólo a modo de juego, sino como sentido
de vida. Pero ¿realmente podemos medir la vida, las emociones? Yo que sepa no
existe el sentimientómetro, osea un aparato que nos mida la intensidad de
nuestras emociones, y que a partir de ello poder decir cuál es la manera
correcta de sentir y actuar. Imaginemos que en el momento en que sintiéramos odio,
nos conectáramos y pudiéramos decir cómo actuamos o no. Que interesante sería,
pero por fortuna no exista. Digo que por fortuna no porque esto es lo que nos caracteriza
como seres humanos complejos: el desconocimiento certero del mecanismo del
sentir y actuar humano. No es posible medir las emociones, y esto es lo rico y
peligroso de la vida. Tenemos grandes estudios sobre el comportamiento humano,
que va desde la psicología, neurología, filosofía, antropología, etc. Pero ninguno,
por suerte vuelvo a decir, tiene la “verdad absoluta”.
La
vida es un camino, un camino llego de rectas, curvas, subidas y bajadas. En el
trayecto hay accidentes que dejan heridas, que estas tengan remedio
definitivamente sí. No quiere decir que remediar sea sinónimo de olvidar. Las heridas
quedan pero se aprende a vivir con ellas;
mirar una cicatriz (también las del alma) nos puede recordar y revivir muchos
sentimientos, la cuestión es sólo saber darles el lugar que merece, ¿quién dice
cuál es este lugar? Por ahora, las impresiones de mis lecturas, les doy un
lugar aquí en este blog ¿y tú?
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