8Día 60
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
Suena
de lo más fácil decir: me conozco; pero ¿realmente nos conocemos? Fuera de
cualquier libro de superación personal, esta pregunta debería ser pilar en
nuestras vidas, porque sin conocernos estamos destinados a la infelicidad. Una
cosa es lo que los otros dicen que somos, lo que nos han hecho creer, y lo que
realmente es. Porque al margen de lo que debe ser una mujer o un hombre, o lo
que nuestra familia dice (enojón, alegres, especiales, apático, etc.) está lo
que nosotros descubrimos que somos o queremos ser.
“[…]
Lorenza estaba en la hoguera y las llamas la consumían, en su interior
vacilante y frágil.[…] Pero ¿cómo encontrarse, cómo saber de sí misma en el
momento del extravío? […]”(p.149)
Como
lo dije al principio, suena fácil pero no es así. La tarea de conocernos
requiere tiempo, como todo, y esfuerzo. No se trata sólo de saber qué color,
estilo de ropa, película y demás nos gusta, sino aprender a reconocer nuestras virtudes
y debilidades, dominarlas y aprovecharlas o desecharlas.
¿Nunca
te has encontrado en un problema o confusión tan grande de que piensas que no
tendrá solución? Yo creo que a todos nos ha pasado. Y ¿cuántas veces no
pensamos que la solución depende de todo menos de nosotros mismo? Por ejemplo,
si queremos terminar con una situación incómoda, digamos un novio, pero algo en
nuestro interior nos mantiene indecisos. Después de muchas vueltas al asunto, y
al estar dentro del problema, no podemos ver claramente y dejamos a un lado lo
que sentíamos que era lo correcto, no le hacemos caso a nuestra “intuición”. No
tenemos confianza en nuestras decisiones porque dudamos de lo que somos y
queremos. Si estuviéramos convencidos que no deseamos a alguien alcohólico o
golpeador en nuestra vida, no tendríamos que dudar en abandonar una relación
así, sin embargo ¿por qué se continúa?
Nos
jactamos de conocer a nuestros padres, hijos, pareja, mascotas, amistades,
compañeros de trabajo y ¿a nosotros?
es verdad a veces responsabilizamos a otros de algo que nosotros mismos tenemos que solucionar... muy padre hoy!!
ResponderEliminarSí, que dificil aceptar nuestro errores. Que bueno, a algunos les hes más fácil ver sus errores a sus virtudes. ¿o qué no?
Eliminar