sábado, 5 de mayo de 2012

Ternura infantil


Día 53

Lectura: Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.

¿Te gustaría adoptar un niñ@? A mi sí. Sé que no es sencillo, por toda aquello de los trámites legales. Pero si tuviera la oportunidad, sí me gustaría hacerlos. Sé que al margen de toda esta tramitología, hay una serie de cuestiones más importantes y relevantes que tratar. El adoptado tiene sentimientos. Me podrás decir ¡Claro que los tiene, es un ser humano! Pero no creo que esto sea tan fácil de tratar cuando se tiene un hijo adoptado, pues si ya con los hijos biológicos me imagino que es complejo, con los adoptados lo es un poco más. O tal vez dependa del momento, la época, la familia, la educación, la relación con él o ella, etc. Pero de que no es fácil, no lo es.

“ […] Sólida, protegida, querida, consentida, la  niñez de Lorenza había sido un modelos de felicidad, hasta ese día en que le estalló en el alma la diatriba inverosímil de las dos menores que, de pronto, entre señas intolerables le dijeron que don Gonzalo y doña Virginia no eran sus padres sino que apenas era la triste abandonada por una mujerzuela de un remoto país. […] ” (p.117)

Cosa curiosa, pero cuando uno es niño, se entera de la forma más cruel y despiadada de este tipo de cosas, por boca de otros niños. La crueldad, espontaneidad y sinceridad con que nos expresamos a una corta edad, es más hiriente que un cuchillo. ¿Llegaste a vivirlo? De aquí que me pregunto, les pregunto ¿en dónde radica la ternura y delicadeza que “caracteriza” a la niñez?

Estaré escribiendo sobre el tema de la adopción, ya que por lo que leo, es el tema de esta parte del libro.  

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