Día 152
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
En una ciudad como la
nuestra, en donde el tráfico es constante y cuando no lo hay nos sentimos glorificados,
el estar dentro de un trasporte largas horas es ya el padre nuestro de cada
día. Pero por una extraña razón, las personas que viven en el sur trabajan en
el norte y viceversa y con esto se agrava más la situación.
“<< ¡Maldita sea, llego tarde!>>
[…]” (p.105)
Esta expresión, que
me llamó la atención en un libro de Ciencia y Ficción porque yo imaginaba que
en este mundo imaginario no había problemas con el tiempo, es común para
nosotros, simples mortales en nuestra cotidianidad. Pero si le preguntáramos a
alguien que vive en la provincia si les pasa lo mismo, estoy segura que la
respuesta será un gran sí.
¿Por qué será que
constantemente tenemos retardos para tomar el transporte, para llegar a una
fiesta, para estar en el trabajo, etc.? ¿Será que estamos en la cultura del
retardo? O ¿será algo que tenemos ya de si los seres humanos? Por las moscas,
pondré desde ahorita mi despertador para que no me pase esto mañana.[1]
[1] La
ilustración mostrada fue tomada de http://farlegend.blogspot.mx/2011/09/llegar-tarde-siempre-sera-un-motivo-de.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario