sábado, 11 de agosto de 2012

Mucho ojo


Día 151
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.


Continuando un poco con el tema de ayer, sobre lo privado en especial en la sexualidad, ahora me pregunto ¿Qué es lo que pasa con los jóvenes que tienes información y aún así, continúan embarazándose?


“[…] Y, a pesar de seguir <<enfrascada>>y de aquel segundo grano de soma, Lenina no se olvidó de las precauciones anticonceptivas reglamentarias.  Años de hipnopedia intensiva y, de los doce años a los dieciséis ejercicios maltusianos tres veces por semana, habían llegado a hacer tales precauciones tan automáticas e inevitables como el parpadeo.” (p.105)


No suena mala idea, aunque muy maquiavélica, el ser sometidos a una terapia intensiva de lavado de cerebro, como pasa en este libro, para que de forma automática, como se ve en la cita, nos cuidáramos en las relaciones sexuales,  ya no sólo para no quedar embarazada, sino para proteger las infecciones de transmisión sexual. Pero esto no dejaría de ser una manipulación de las voluntades para la libre decisión, aunque cabría preguntarnos si en muchos jóvenes esto no es la consecuencia lógica de no ser consientes. 

Así para terminar les pregunto, me pregunto: ¿Qué es lo correcto para atacar este gran problema de la adolescencia, ocultar toda información –como antaño- o darla toda –como actualmente-? porque parecería que ninguno de los dos extremos funcionan al cien porciento.[1]


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[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://apprende.blogspot.mx/2012/07/nos-van-dar-condones.html

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