Hermoso ser, te amo. Eres carne de
mi carne, sangre de mi sangre, ¿cómo es que algo que surgió de tanto amor y
cariño, llegó a ser? Esto sólo puede ser creación de Dios. Dedicada esta
entrada para ti mi pequeño hijo Norberto en este, su primer año de vida.
Día 150
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
El ámbito público y
el privado. En esta ocasión hablaré del privado, en especial del sexual. No
haré declaraciones personales, ni nada por el estilo; tampoco les pediré que me
cuenten absolutamente nada, sino sólo comentaré una cuestión que seguramente
mucho nos preguntamos porque vemos y oímos en múltiples medios y personas: la
química sexual.
“[…] Sacó un paquete de goma de mascar
a base de hormonas sexuales, se llevó una pastilla a la boca y, masticando, se
dirigió hacia los cobertizos” (p.88)
Que si se tiene pegue
o no; que si atrae al otro; que si despertamos el deseo sexual en los seres que
deseamos, etc. Esto nos los promete una conocida marca de desodorantes en sus
comerciales, en donde en pocas imágenes y palabras nos dicen: úsame y caerán
hasta del cielo babeando por ti. He visto también catálogos de ventas, muy
socorridos por las amas de casa, donde promocionan lociones, shampoo y otros
productos más que tiene feromonas, si no mal recuerdo, para despertar hasta los
más bajos instintos.
Por eso cuando leí en
este libro, de ciencia ficción, sobre una goma de mascar con hormonas sexuales,
pensé: esto no es sólo en la ficción porque ya pasa. Así que la sexualidad no
es algo alejado de nosotros, al contrario y es más, yo preguntaría: ¿cuántos de
nosotros no estamos dispuestos a intentar hasta lo imposible por sentirnos
deseados?[1]
[1] La
ilustración mostrada fue tomada de http://mx.class.posot.com/perfume-con-feromonas-para-dama-y-tijuana/
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