jueves, 9 de agosto de 2012

¡Qué felicidad!


Día 149
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.


En la vida cotidiana experimentamos una serie de sentimientos y sensaciones relacionados con lo que vivimos solos o en compañía. Dentro de estos sentimientos están el amor, el odio, el rencor, la melancolía, etc. 


“[…] La malicia y los malos humores que obligaban a los demás a tomarse vacaciones nunca se habían apoderado de él. Para Benito, la realidad era siempre alegre y sonriente.”(p.88)


Si pudiéramos eliminar todo aquello que nos causa tristeza y dolor ¿lo harías? Es una propuesta muy tentadora. No creo que exista alguien como Benito, que nunca en su vida haya sentido sentimientos desagradables. De hecho, muchos de nuestros mejores momentos son en relación a los peores, porque gracias a que experimentamos los dos polos, podemos comparar y vivir más intensamente cada uno de ellos.


Si pudiera sentir pura felicidad estaría contenta, pero quién sabe si lograría experimentar el verdadera y pura alegría, porque entonces ya no tendría con que comparar. Qué pena que esto sólo sea pura ficción, pero, ¿alguien sabe cómo lograrlo? Digo, no hay peor lucha que la que no se hace.[1]











[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://www.sabiduria.com/liderazgo/encontrando-el-camino-a-la-felicidad/

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