miércoles, 8 de agosto de 2012

Tercera edad


Día 148
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.


La tercera edad representa el reposo y descanso, pero a la vez el fin de una etapa laboral y la entrar a las enfermedades. Esto es lo que en muchas personas he notado y oído. Pero no creo que deba ser así, aunque por desgracia el sistema económico capitalista hace que después de cierta edad las posibilidades de trabajo sean casi nulas.


“-Trabajos, juegos…A los sesenta años nuestras fuerzas son exactamente las mismas que a los  diecisietes. En la antigüedad, los viejos solían renunciar, retirarse, entregarse a la religión, pasarse el tiempo leyendo, pensando… ¡Penando!”(p.82)


Pero imagínate que las cosas fuera como dice la cita: que tuviéramos vitalidad y ganas de seguir trabajando, cooperando con el capital para el beneficio de la nación, porque en el momento en que no podemos pensar, leer, reflexionar, los menos beneficiados seríamos nosotros porque mermaría la salud de nuestro cerebro.


Pero ahora pienso, en muchas ocasiones aún siendo jóvenes nos comportamos como de la tercera edad, y que teniendo las “fuerzas” para hacer lo que queramos, en realidad nos comportamos con miedo y carentes de vitalidad para trabajo en nuestro desarrollo cultural. No quiere decir que todos, pero sí en varios casos para esto, en donde la vida sólo se limita a trabajar y tomar, trabajar y tomar, etc.


Así que si tuviéramos que elegir entre ser joven sintiéndonos viejo o ser viejo sintiéndonos jóvenes, no sabría que elegir no por ahora. Bueno, que pensándolo bien, prefiero lo segundo ¿y tú?[1]










[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://vallededempleo.wordpress.com/2012/07/08/el-hombre-entre-dos-edades/

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