Día 156
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
El otro día escuché
en la radio que las personas que vivimos en la ciudad tenemos problemas con el
olfato porque al estar más expuestos, a contaminantes, se va perdiendo parte de
la capacidad para oler.
“ Además –Agregó Lenina, bajando
bastante la voz-, apesta. “ (p.133)
Así que esta tarde me
pasó como a Lenina, uno de los personajes de esta novela, al ir en el trolebús
cuando un señor, de la tercera, se sentó a mi lado: olía mal. Me pregunto ¿pues
no que los citadinos no olemos bien? Yo lo que pude notar ahora es que huelo
bastante bien. Agradecí que esto no me pasó estando embarazada, porque
presiento que en esa situación hubiera pasado lo peor, y entonces la mal
oliente hubiera sido yo ¿o no? Las que están o han estado embarazadas me
entenderán de lo que les estoy hablando ¿verdad? [1]
Así que el día de hoy
entendí la importancia del aseo personal, y esto no incluye sólo el vaciarse la
botella de perfume.
[1] La
ilustración mostrada fue tomada de http://aprenderescribiendo193.pbworks.com/w/page/11627909/Tarea%201,%20p%C3%A1gina%201
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